Mariano Rajoy siguió ayer la senda ideológica accidentadamente explorada hace más de tres años por Silvio Berlusconi. Como hiciera en el 2001 el primer ministro italiano, para luego pedir disculpas, el líder del PP proclamó que la civilización occidental es "superior a la otra", en alusión a la oriental. Rajoy se desmarcó de la propuesta del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de fomentar una Alianza de Civilizaciones. ¿Su argumentación? Que "no todas son iguales".

Cara al Día Internacional de la Mujer Trabajadora, Rajoy celebró un acto en Madrid. Le precedió en el uso de la palabra Djeinaba N´Diaye, diputada de la República Islámica de Mauritana, lo que no impidió que el líder del PP situara al islam un peldaño por debajo de Occidente. Como razonamiento principal esgrimió la subordinación de la mujer en la cultura islámica. Una postración que confrontó a la situación de Occidente, donde, a su juicio, ciudadanos y legisladores comparten la "voluntad" de que la igualdad entre hombres y mujeres sea "el principio inspirador de la vida cotidiana".

"Desde el máximo respeto a todos, no creo que todas las civilizaciones sean iguales. Creo que la civilización occidental, que defiende los derechos de las personas, la igualdad, la democracia y la justicia, es superior a aquella civilización que no defiende esos valores", sentenció.

Rajoy aseguró no estar "a favor ni en contra" de la Alianza de Civilizaciones que propugna Zapatero, "porque es difícil estar a favor o en contra de la nada". Sostuvo que la "obligación" de Occidente es "defender sus valores" y "ayudar a difundirlos" donde no están consolidados.