Los siete grupos parlamentarios que pidieron el jueves a Manuel Marín que vuelva a permitir el uso de las lenguas cooficiales (catalán, vasco y gallego) en el Congreso volvieron a plantear ayer su reclamación, pero por escrito, y la llevaron al registro de la Cámara para que sea oficial. Esa decisión permitirá que el presidente se pronuncie definitivamente sobre la cuestión ante la Mesa y la Junta de Portavoces del martes que viene.

PSOE, CiU, ERC, PNV, IU-ICV, CC y el Grupo Mixto pidieron públicamente a Marín que reconsidere su actitud de no permitir el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso. Lo hicieron tras discutir el tema en la ponencia que reforma el reglamento de la Cámara, como había pedido el presidente, pero sin materializar un acuerdo formal ni con votaciones ni con textos concretos.

Marín trasladó a esos grupos su criterio de que las declaraciones no bastaban porque lo que pedía era una solución provisional que adelantase la futura formulación en el reglamento. Sin embargo, la decisión del PP de bloquear el debate al negarse a discutir el asunto en la ponencia dejó las cosas como estaban.

VOLVER AL PRINCIPIO Para salir del atasco, los portavoces de los grupos firmantes plantearon la reclamación por escrito y pidieron que vuelva a aplicar los criterios que fijó el 7 de febrero y que prohibió definitivamente el pasado día 8.

Esos criterios establecían que, en los debates del Congreso, el presidente "permitirá una breve introducción o la estricta formulación de la cuestión en lengua oficial distinta del castellano". Y se añadía: "Estas intervenciones irán seguidas, en todo caso, de su traducción oral al castellano a efectos de su incorporación al diario de sesiones".

Marín no decidirá nada hasta el martes, pero, según fuentes parlamentarias, no hay que descartar que acepte la propuesta. Para esas fuentes, el presidente había pedido a los grupos que se retratasen y éstos lo han hecho al fijar por fin sus posiciones, aunque sean provisionales. Destacan que el escrito recoge dos demandas claras de Marín. La primera, que no se prejuzga "lo que pueda acordarse sobre el régimen lingüístico en el futuro". Y la segunda, que los grupos se comprometen a respetar los criterios de Marín, algo que éste considera que no hicieron algunos diputados de ERC.

Si Marín asume la solicitud --a la que se opone el PP, como han confirmado sus portavoces--, el uso del catalán se aplicará a todos los actos parlamentarios (proyectos y proposiciones de ley, interpelaciones, mociones y preguntas), tanto en el pleno como en las comisiones. El portavoz socialista en la ponencia, Jordi Pedret, recordó ayer que el principio de acuerdo que mantienen con el PP para reformar el reglamento "no afecta al uso de las lenguas".