Jesús Caldera, responsable de la futura macrofundación del PSOE, sostuvo ayer que ni el expresidente del Gobierno Felipe González ni el exvicepresidente Alfonso Guerra están molestos con el proyecto que, en teoría, deberá absorber lo que ellos presiden en la actualidad. Caldera eludió dar una respuesta a la cuestión de si había hablado o no sobre el particular con González y Guerra. El exministro se limitó a señalar que le "consta" que no hay problema alguno.

Los planes iniciales --que según algunas fuentes pueden trastocarse-- apuntan que la nueva fundación deberá incorporar a las actuales fundaciones socialistas, entre ellas la Progreso Global, que preside González, y también la Pablo Iglesias, que encabeza Guerra.