Si el presidente valenciano, Francisco Camps, acaba en el banquillo de los acusados por el caso de los trajes, tal y como el juez del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana José Flors cree que debe suceder, las posibilidades de que tan espinoso juicio para el PP coincida con un adelanto electoral en otoño son altísimas.

Por todo eso, el entorno del candidato popular, Mariano Rajoy, se ha puesto manos a la obra para convencer a Camps de que acepte pactar un fallo de conformidad con la fiscalía y la acusación particular para evitar la escandalosa foto del banquillo --que podría coger a Rajoy en plena campaña si las generales son en octubre o noviembre-- a cambio de reconocer el cohecho y pagar una multa, puesto que el delito del que se le acusa no conlleva inhabilitación.

Lo cierto es que esa posibilidad está sobre la mesa de los conservadores al menos desde mayo del año pasado. Era el plan b que Rajoy se guardaba en la manga por si tras apostar por Camps para las autonómicas, los tribunales le pedían cuentas por su relación con la red Gürtel. Y ese momento ha llegado.

LOS TIEMPOS Flors, el juez instructor del caso de los trajes, emitió ayer un auto en el que dicta la apertura de juicio oral para el presidente valenciano y varios de sus colaboradores en la anterior legislatura por un posible delito de cohecho impropio. Ese auto no es recurrible. Ahora las partes tienen 15 días para comparecer ante la Sala de lo Civil y Penal, encargada de designar al que será presidente del jurado.

Según explicaron ayer fuentes jurídicas consultadas, una vez que se haya elegido al magistrado que presidirá el tribunal del jurado, tendrá que elaborar otro auto para ratificar los hechos justiciables.

En ese punto del proceso las partes sí tendrán posibilidad de presentar de nuevo alegaciones en caso de que crean se han vulnerado sus derechos fundamentales, o sea, que Camps y el resto de imputados tendrán una última oportunidad (que a buen seguro aprovecharán) para intentar frenar el caso sin tener que reconocer culpabilidad. Pero si como es previsible el juez no las acepta y se alinea con las tesis del instructor, se fijará definitivamente fecha para el juicio, que se celebraría casi con toda probabilidad en otoño.

Ese es el momento en el que la defensa de Francisco Camps, si triunfa la estrategia que defiende el entorno de Rajoy, puede intentar pactar con la fiscalía y con la acusación particular --los socialistas valencianos--, un fallo de conformidad.

PACTAR CON EL PSPV Queda por ver si Rajoy aguanta la presión para no cortar la cabeza (política) a Camps y si este acepta transitar el camino que se le propone desde Madrid en caso de que sus últimas alegaciones no frenen en seco el juicio pendiente. Y es que, seguramente, el presidente de la Generalitat de Valencia tiene más fe que la dirección del PP en la acogida que puede tener su versión en un jurado formado por ciudadanos valencianos, especialmente después del arrollador éxito que cosechó en las urnas hace apenas unos meses.

Pero el equipo de Rajoy no quiere riesgos, esto es, fotos de dirigentes populares sometidos a juicio, con unas elecciones generales en puertas.

Otra dificultad a limar por Camps, en caso de atenerse al deseo de su jefe de filas, es que además de acordar con la fiscalía un posible fallo de conformidad tendría que hacer lo propio con la acusación particular, los socialistas. Es previsible que el adversario político no se lo quiera poner fácil, especialmente después de haber pedido cárcel e inhabilitación para Camps superando la demanda de la fiscalía. No obstante, la organización que lidera Jorge Alarte tendría para jugar ante la opinión pública la baza de que el presidente valenciano se hubiera declarado culpable. Además, las fuentes jurídicas consultadas especifican que un hipotético fallo de conformidad debe tener el visto bueno del juez que, en caso de conflicto (si se llega a un acuerdo con fiscalía pero no con el PSPV) tiene "un cierto margen de discrecionalidad" para ajustar la pena si cree que la que solicita una de las partes es excesiva.

A la espera de ver qué decisión toma Camps, desde Génova se destaca que, hace apenas unos días, el abogado del presidente valenciano ya dio pasos para preparar el terreno insinuando que pudo aceptar regalos como presidente del partido, que no de la Generalitat valenciana. Si aún así Camps no cede, a Rajoy se le complica el otoño.