Una nueva sesión de control al Gobierno al Congreso, una nueva petición de adelanto electoral por parte del PP. No ha sido esta mañana Mariano Rajoy el encargado de exigir el anticipo, pues el líder de los conservadores, con una pregunta sobre el crédito a familias y empresas, ha vuelto al perfil comedido que abandonó la semana pasada -cuando sostuvo que el Gobierno estaba ya "en funciones"-, dejando a sus colaboradores la tarea de intentar acorrarlar al adversario. Principalmente, Soraya Sáenz de Santamaría, la portavoz popular, que ha opinado que la "continuidad del Gobierno es insostenible". "El fracaso económico no es solo suyo. Es de todo su gobierno. El país entero considera que hay que fijar ya una fecha para las elecciones", le ha dicho primero Sáenz de Santamaría a la vicepresidenta económica, Elena Salgado. "A partir de mañana, día en el que se aprobará la reforma de las pensiones, todos los españoles solo esperan que convoquen la elecciones. Esa es la única decisión en la que no se va a equivocar el Gobierno", ha insistido después. La portavoz de los conservadores ha recibido grandes aplausos de los suyos, muchos más de los que había cosechado Rajoy justo antes, pero el Ejecutivo no quiere entrar en este tipo de debates sobre el adelanto. Salgado, quien considera que lo único que hacen los populares es "flotar estilo muertito, a ver si la marea les lleva a la Moncloa", ha contestado que Sáenz de Santamaría caía "en la demagogia" y ha reprochado a todo su partido de hacer "declaraciones irresponsables en un momento tan delicado para el euro", en referencia a las acusaciones del PP -como las de la presidenta manchega, María Dolores de Cospedal- sobre el presunto déficit oculto en las autonomías.