El miércoles por la tarde, mientras los canales de noticias daban una y otra vez la dimisión de Francisco Camps, cuya comparecencia no pudo emitirse en directo por la censura del PP, CanalNou 24, la cadena informativa de Canal 9, seguía con Bankia, el estrangulamiento de una joven y los incendios en Valencia. Pasaron 40 minutos hasta que se comunicó la renuncia. A lo largo de la mañana, casi todas las radios, webs e informativos televisivos habían abierto con la multa y el reconocimiento de culpabilidad de Víctor Campos y Rafael Betoret --dos de los cuatro implicados en el caso de los trajes, junto a Ricardo Costa y Camps-- pero en la televisión autonómica la noticia no se emitió hasta el minuto 15 del informativo de mediodía, y de forma idéntica, palabra por palabra, a Ràdio 9. Aquello olía a manipulación. Aquello olía a Lola Johnson.

Johnson es consejera de Turismo y portavoz del Consell valenciano. Hasta los comicios fue directora de Canal 9, pero tras el 22-M hizo el recorrido inverso al que había realizado antes Pedro García, que primero fue jefe de prensa del ahora dimitido y después, en el 2004, dirigió la televisión. La conclusión resulta obvia. Para Camps, televisión y gobierno eran la misma cosa y si alguien valía para un lugar, también servía para el otro.

Herencia televisiva

Este es el modelo televisivo que hereda Alberto Fabra: unos canales con una deuda de 1.300 millones de euros, cuya audiencia ha pasado del 18,2% en el 2003 hasta el 5,6% actual, y a los que los sindicatos y partidos en la oposición les acusan de manipulación informativa. Fabra aún no ha dicho nada sobre su esquema audiovisual, pero los socialistas son pesimistas.

"La manipulación no es una decisión de uno u otro, sino el eje programático del PP --sostiene Josep Moreno, portavoz del PSPV en la Comisión de Control a Radio Televisión Valenciana--. Aun así, Canal 9 es especial: si hubiese una competición de televisiones públicas manipuladas, no le dejarían competir, porque lo suyo es de profesional. El resto, a su lado, son básicamente amateurs".

Moreno pone ejemplos. En sus tres años al frente de los socialistas valencianos, Jorge Alarte solo ha aparecido una vez en un programa, durante 15 minutos. Canal 9 no ha informado sobre la imputación de Camps en el Caso Gürtel. Y la trama también llega hasta allí: sus cabecillas se llevaron la mitad de lo que gastó la televisión en la visita del Papa. Fueron 7,5 millones de euros.