La frase es de un responsable de la lucha antiterrorista: "ETA sigue en lo mismo de siempre. Está en todo menos en dejar las armas". Y en lo mismo de siempre es en reorganizar su deteriorada estructura y fortalecerse para presionar al Gobierno que salga de las urnas el 20-N para que acepte una negociación cuyas bases se consensúan en Francia y Venezuela, por mucho que a los responsables policiales les cueste admitir que Caracas es un escenario clave en este momento.

ETA lleva dos años sin matar en España. El periodo más largo de su historia sin atentados. Y no hay ni un solo indicio que haga sospechar a los servicios de información antiterrorista que la banda vaya a contravenir su decisión de no volver a matar anunciada en la tregua. Pero nada permite suponer que los terroristas se estén planteando abandonar la lucha armada. "Se mueven en Francia. Como siempre. Pero con más torpeza porque la estructura está rota y les cuesta protegerse, y mucho más reunirse para debatir", señala otro responsable policial.

TROITIÑO Y ´DIENTEPUTO´ Ni la Guardia Civil, ni la Policía Nacional ni los servicios secretos del CNI han movido a sus agentes destinados en Francia. Al contrario. Cada vez quedan menos etarras en ese país y sus escasos movimientos dificultan la realización de las operaciones.

La Policía Nacional, la única que opera en Venezuela, ha redoblado sus esfuerzos en mantener la buena relación que existe con los servicios de información de la policía de Hugo Chávez. Los investigadores son conscientes de que el futuro de la banda terrorista se va a consensuar entre Francia y el país caribeño que acoge, mima y protege a un buen número de terroristas veteranos. Quizá ya han llegado allí Anton Troitiño, huido en abril, y José Luis Eciolaza, alias Dienteputo, como adelantó hace dos semanas Interviú y la policía no ha desmentido.

Ayer, durante la comparecencia en la que anunció la fecha de las elecciones, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, habló de ETA y de los avances logrados en esta legislatura y que han permitido llegar a la "recta final de la violencia y el terror". Sin embargo, advirtió de que queda todavía "mucha tarea", consciente de que la banda terrorista intenta rentabilizar el éxito político de Bildu y se resiste a aparecer como perdedora.

Diego Salvá y Carlos Sáenz de Tejada son las dos últimas víctimas mortales de ETA en España. Los dos guardias civiles murieron el 30 de julio del 2009 al estallar la bomba lapa que los terroristas colocaron en los bajos de su todoterreno, en Calvià (Mallorca). Ocho meses después, un jefe de la brigada de la policía francesa falleció en el transcurso de un tiroteo en el sureste de París. La banda terrorista definió su asesinato como "un accidente" y no como un atentado.

NI UNA SOLA PISTA El golpe de Palma fue ejecutado con tal minuciosidad que los investigadores no encontraron ni una sola pista para ir tras los asesinos. Se cree que el comando viajó desde Francia en barco y después regresó. "No descartamos que los autores estén entre los últimos detenidos", comenta un responsable antiterrorista que se resiste a bajar la guardia.