Aunque dentro de tres días el recinto ferial de Valdespartera volverá a llenarse de atracciones, música a todo volumen y algodón de azúcar, ahora mismo el Parque de Ocio Familiar está colonizado por operarios y técnicos ataviados con chalecos reflectantes y cascos que ultiman todos los detalles para que el viernes puedan ponerse en marcha todas y cada una de las atracciones.

Este parque se presenta como una de las primeras grandes ferias del 2021, lo cual supone una alegría para los feriantes, uno de los colectivos más afectados por la pandemia del covid-19. Para la gran mayoría de ellos la semana del Pilar es el punto de partida para retomar su actividad laboral después de más de 18 meses parados. «Al final somos un gremio como cualquier otro, esta es nuestra profesión y no podemos trabajar de otra cosa», comenta Óscar, dueño de Las aventuras de Torrente, una casa del terror infantil.

La de Zaragoza, aunque es una de las ferias de las más grandes presenta un aforo más reducido, los feriantes consideran que se trata de una cifra muy baja para el espacio en el que se establece en el Parque de Ocio. También apuntan a que este es uno de los eventos con menor capacidad, «ahora venimos de Logroño y allí había más aforo, pero al final cada comunidad tiene sus propias medidas y nosotros nos adaptamos», comentan Iván y Jorge, dueños de las sillitas voladoras y los autos de choche. «No nos quejamos, poder facturar sea lo que sea siempre será mejor que nada», añaden.

Después de la falta de actividad, la resignación es el sentimiento que se extiende entre churrerías y montañas rusas. «No sería la primera vez este año que tenemos todo montado y nos dicen que se cancela y nos hemos gastado el dinero que nos cuesta venir para nada», comenta Eugenio mientras prepara las baldas de su caseta de tiro.

Aun así, a pesar de los problemas sufridos, la mayoría de los feriantes se muestran optimistas frente a los días que se aproximan, «si llenamos todos los días estaremos la mar de bien», comentan Iván y Jorge entre risas.

Además del aforo, cada una de las atracciones tiene que cumplir con sus propias medidas de seguridad. En Queen Machines, tendrán una persona que se encargue de evitar aglomeraciones frente a las vitrinas que separan a los niños de los peluches y del resto de premios. Enrique y su pareja han llegado desde otra feria en Valladolid y consideran que «lo peor es la incertidumbre». Para transportar sus tres atracciones, todos los materiales y sus propias viviendas necesitan un total de quince vehículos. La subida del precio de los carburantes y del precio de la luz también han afectado al colectivo quienes dicen que volver abrir les supone «un gran esfuerzo». «Tienes que volver a contratar a todo el mundo, pasar la ITV, volver a contratar todos los seguros y al final es mucho dinero», comenta Óscar.

 Todos los feriantes coinciden en que volver a trabajar, aunque no sea en las condiciones óptimas, «supone siempre una alegría». «Al final esto es como otro año excepto que se ha venido el amigo coronavirus», concluye el feriante.