Hacía tiempo que no había inauguraciones en la capital aragonesa. Quizá por eso hubo ayer tanta expectación en la de la zaragozana y céntrica plaza Santa Engracia, donde mirones, curiosos y algún que otro devoto del alcalde, Jorge Azcón, que inició un par de rondas de aplausos, siguieron atentos el acto de inauguración.

«Ha quedado genial, muy bonita. Que sea peatonal es lo mejor que podían hacer», comentaban Miguel Arruej y José Valién, bajo la sombra de un árbol. No todo era ideal porque, según ambos, las zonas ajardinadas no están «bien pensadas». Según decían, que no estén rodeadas por un bordillo solo va a provocar que acaben pisoteadas. «Dependerá de lo cívicas que sean las personas, porque si las pisan será porque quieren», apuntó Miguel, que desconocía que la idea era que la plaza fuera accesible en todos sus rincones.

Mirando al busto de Costa había un grupo de septuagenarios muy preocupados por el lugar en el que acabaría esta escultura. «Llevamos tiempo vigilando porque teníamos miedo de que lo colocaran en un lugar donde no se viera», comentaba José Serrano, encantado con la reforma. «Los coches aquí eran un estorbo, ahora está mucho mejor», aseguraba.

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El homenaje a las víctimas del covid, ubicado frente a la fachada de Correos, fue examinado al detalle por aquellos que pasaban por la zona. Llama la atención por su color y sus dimensiones, generando opiniones para todos los gustos.

«No está mal. Es bonita y llena la plaza. Está colocado en un buen sitio porque embellece la calle», comentaba Concha Fernández. Antonio Bautista, que carrito de bebé en mano se había parado a observarlo, no lo tenía muy claro. «Es majo, pero no sé si me convence. Para mi gusto no se acaba de integrar porque es demasiado moderno para este sitio», admitía.

El monumento en recuerdo a las víctimas del covid, dos zetas simétricas unidas en forma de lazo, fue lo más fotografiado del día y compartido en redes sociales. Un recuerdo para toda la vida.