El presidente de Estados Unidos, George Bush, ha topado con un formidable enemigo cara a su reelección en el 2004. Se trata del multimillonario George Soros, quien ha decidido emplear su inmensa fortuna para conseguir desbancar a Bush y sentar en la Casa Blanca a un candidato demócrata, porque considera que el actual presidente republicano es "un peligro para el mundo".

En unas explosivas declaraciones al diario The Washington Post, el financiero de origen húngaro, que ha dedicado casi 5.000 millones de dólares (4.350 millones de euros) a promover la democracia en los países del desaparecido telón de acero, presentó ayer en sociedad su nueva cruzada: derrotar a Bush. "Es el foco central de mi vida", recalcó. Y, como muestra de su compromiso, esgrimió los 15,5 millones de dólares que ha donado ya para lograr el fin que se ha propuesto, en los que se incluyen los 5 millones de dólares aportados el pasado lunes a la organización liberal MoveOn.org.

EL EMPEÑO DEL MILLONARIO "Si es necesario, estoy dispuesto a dar más dinero", aclaró el multimillonario, cuya fortuna se calcula en unos 7.000 millones de dólares. "Estoy dispuesto a respaldar con mi dinero lo que digo", añadió, mientras la oposición demócrata se frota las manos ante las perspectivas de este maná.

La inquina de Soros contra el presidente republicano arranca de los penosos recuerdos de su infancia, cuando su país estaba ocupado por los nazis. "Cuando oigo a Bush decir que, o estáis conmigo o contra mi, me recuerda a los alemanes", a los eslóganes que escribían en las paredes como El enemigo está escuchando, explicó al Post. "Mis experiencias bajo el yugo nazi y soviético me han sensibilizado", afirmó Soros.

Para el multimillonario, la Casa Blanca ha caído bajo el dominio de los neoconservadores, un grupo de "extremistas radicales" que están explotando la tragedia del 11-S para imponer sus planes de dominio mundial. "Bush se siente como si hubiera sido elegido por Dios el 11 de septiembre", atacó Soros, quien cree que el presidente "está llevando a EEUU y al mundo hacia un círculo maligno de creciente violencia".

LA REACCION REPUBLICANA La primera reacción republicana a la iniciativa de Soros y de su potencial financiero contra Bush ha sido denunciarle. "George Soros se ha comprado el partido demócrata", arremetió ayer la portavoz del Comité Nacional Republicano, Christine Iverson, consciente de que la entrada en liza del multimillonario y de sus acaudalados amigos liberales puede suponer un equilibrio en la catarata de fondos que los conservadores han volcado en la reelección de Bush, que suman ya 96 millones de dólares.

El presidente, que el lunes recaudó 2,1 millones de dólares más para su campaña electoral, dedicó ayer la jornada a seguir justificando la invasión de Irak, aprovechando el Día de los Veteranos de Guerra, que se celebró en EEUU. "Jóvenes estadounidenses han muerto para liberar Irak y Afganistán", declaró Bush durante una ceremonia en el cementerio de Arlington, en Washington. El presidente proclamó: "Somos una nación en guerra".