La grave situación que se vive en Irak no impidió que Bush y sus ayudantes intentaran dar un tono divertido a la visita del presidente. A ello colaboró el administrador civil, Paul Bremer, anunciado junto al general Ricardo Sánchez, coordinador de las tropas de EEUU en Irak, como invitado en la cena de Acción de Gracias en el aeropuerto de Bagdad.

Bremer debía leer el tradicional mensaje presidencial. Sin embargo, anunció que esa lectura correspondía al oficial de más alto rango presente. "¿Hay alguien de mayor grado?", fingió preguntar, siguiendo un estudiado guión. Fue entonces cuando Bush, vestido con un chándal con una insignia del Ejército, salió de detrás de una cortina, desatando la algarabía de los soldados. "Simplemente buscaba una cena caliente en algún lugar", dijo. "Gracias por invitarme a cenar". Luego cambió los papeles y se avino a servir a sus soldados el tradicional pavo.