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Los electoresREPORTAJE

Reunión de exespías en Delaware

Reunión de exespías en Delaware

Washington, Distrito de Columbia, es una capital desierta en domingo donde no parece que falten sólo dos días para las elecciones más importantes desde la era Reagan. Ni un solo cartel electoral, ni una pancarta, ni un anuncio. Aquí se sabe que en el DC ganará, como siempre, el candidato demócrata, pues los casi únicos residentes son los negros pobres que se apiñan en el barrio-gueto de Anacostia. Los políticos y funcionarios viven en las vecinas Virginia o Maryland. Una pro-Bush, la otra pro-Kerry.

Al pasar a Maryland, en el lujoso suburbio capitalino de Somerset City, todos los jardines lucen carteles pidiendo el voto para el tándem Kerry-Edwards. Como la casa --ahora en remodelación-- de Steve, funcionario de la Agencia de Protección del Medioambiente (EPA) que dice estar avergonzado de los nombramientos que ha hecho Bush, porque "ha puesto al frente de la EPA a directivos de las compañías más contaminantes del país. Algunos son los mismísimos jefes de los lobis que se opusieron a las leyes que ahora el presidente les ha encargado hacer cumplir".

Steve votará por Kerry, aunque no cree que vaya a ganar. "¿Te has dado cuenta de que Bush va a regresar a Washington la noche electoral, en vez de quedarse en su estado de Tejas, donde debería esperar los resultados? Eso es porque sabe que volverá a producirse un caos como el del 2000. Los republicanos pretenden robar otra vez las elecciones y temen que se produzcan disturbios. En ese caso, el presidente haría un llamamiento a la calma desde el Despacho Oval".

La verdad es que Bush ha dividido al país y ha despertado más odios que ningún otro presidente desde Nixon. En la vecina Rockville, el hasta hace poco español Fernando Ramos acaba de adoptar la nacionalidad estadounidense (tiene una esposa y dos hijos norteamericanos) para poder votar este martes. "Si yo viviese en España, votaría al PP --explica--. Pero aquí apoyaré a Kerry, aunque no me acabe de convencer, porque Bush es un auténtico nazi".

Hay que viajar a la América profunda , cruzando el gigantesco puente sobre la bahía de Chesapeake, para comprender por qué puede ganar Bush pese a su desastroso mandato. En Seaford, ya en el estado de Delaware, recibimos la más insospechada explicación de la guerra de Irak. Marsha Harris tiene a su hijo militar en Kuwait y teme que le envíen a Irak. "Lo que ocurre es que no rezamos lo suficiente. Todos, cristianos, musulmanes, judíos... Hay poca oración en el mundo, y por eso estamos en guerra", gime Marsha.

Un encuentro ´secreto´

Finalmente llegamos a Lewes, un pintoresco pueblecito a orillas de la bahía de Delaware, en pleno Refugio Nacional de Vida Salvaje Prime Hook. Aquí se ha preparado, para la fiesta de Halloween, un más que curioso encuentro secreto . Media docena de veteranos del Servicio Exterior del Departamento de Estado, curtidos en actividades diplomáticas en el mundo entero, han quedado para hablar de las elecciones. Todos han decidido retirarse en Delaware --El primer estado , reza su lema-- porque hay muchos menos impuestos (ni siquiera se cobra el IVA) y eso les permite vivir mejor con su jubilación.

Paul es uno de los más bregados --Jerusalén (en 1967), Santiago (en 1973), Teherán (en 1979)...-- y confiesa que siempre había votado republicano. "Pero esta vez votaré a Kerry, porque no puedo soportar cómo Bush está arruinando este país. El déficit público que ha generado supone una hipoteca insostenible para nuestros nietos". A Paul le subleva otra cuestión: "Bush ha rebajado la estatura internacional de EEUU y nos ha alejado de nuestros aliados".

El presidente está perdiendo apoyo entre los republicanos que consideran que lo más importante es aplicar una política económica conservadora, en vez de la alegría derrochadora que muestra Bush. Otros son republicanos liberales, como Mike, quien reconoce: "Sigo registrado como votante republicano, porque así puedo votar dos veces contra Bush: una, en las primarias, y otra, el martes".

La desidia demócrata

Mike sostiene que la razón de que Bush pueda ganar es que "los republicanos son muy disciplinados y acuden en masa a las urnas. A mí empezarán a llamarme a casa para que vote a partir de las ocho de la mañana. En cambio, a los demócratas registrados, que son mucho más numerosos, les falta voluntad y a menudo se abstienen por pura desidia".

Lo que otro de ellos, Peter, no soporta es "la campaña de mentiras que los asesores de Bush han lanzado contra Kerry para denigrar su historial militar, cuando es el presidente el que se zafó de ir a Vietnam. Lo mismo --añade-- hicieron contra el senador McCain, para ganarle en las primarias, fabricando una asociación de exprisioneros de guerra que le calumniaron. No puedo entender cómo McCain sigue apoyándole".

"Yo tampoco --interviene Mike--. Aquí mismo, en Delaware, el veterano de Vietnam Kenneth Campbell, profesor universitario en Newark, se ha querellado contra la campaña de Bush porque le retrataron como falsario y mentiroso en una película que criticaba el periodo pacifista de Kerry".

Pero ¿qué saben estos exespías que no sepamos nosotros? "Lo que Bush trata de ocultar es que están empezando a abandonar el Ejército, asqueados de la inútil ocupación militar de Irak, muchos oficiales y especialistas. A cualquier soldado se le puede dar un fusil, pero son los que tienen graduación, y preparación, los que hacen que nuestro Ejército sea el mejor del mundo. ¡Y hasta eso se está cargando Bush!"

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