Madrid, París y Berlín pactan celebrar una cumbre con Moscú

En un movimiento que pretende reorientar la balanza del poder internacional, España, Francia y Alemania celebrarán el próximo año una cumbre con Rusia. El encuentro, que ha sido una iniciativa del presidente francés, Jacques Chirac, se realizará al margen de las cumbres anuales que hasta el momento existen entra la Unión Europea y Moscú, e incluso no se descarta que mantenga la misma periodicidad.

El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció ayer esta iniciativa después de mantener un desayuno de trabajo con Chirac y el canciller alemán, Gerhard Schröder, antes del inicio de la segunda jornada del Consejo Europeo de Bruselas.

"Se ha considerado conveniente que Francia, Alemania y España tengan un buen entendimiento y un diálogo directo con Rusia", manifestó lacónicamente Zapatero al ser preguntado en conferencias de prensa por las razones que han llevado a pactar la celebración de la excepcional cumbre a cuatro. El presidente del Gobierno español subrayó, además, que la decisión definitiva se ha producido tras su visita a Moscú del pasado día 10, en la que conversó por vez primera con el presidente ruso, Vladimir Putin.

CIRCULO CERRADO Fuentes de la Moncloa señalaron a este diario que el presidente francés llevaba varias semanas organizando el encuentro. Como los mandatarios francés y alemán ya conocen a Putin y mantienen excelentes relaciones con él, sólo faltaba que se produjera el contacto de Zapatero con el presidente ruso para poder cerrar finalmente el círculo de contactos. Según estas mismas fuentes, entre el líder español y el ruso se produjo "buena química", a pesar de que mantienen diferentes aproximaciones en el tratamiento del terrorismo, particularmente en lo que respecta al conflicto checheno.

Aunque no lo proclaman de modo abierto, tanto Chirac como Schröder y Zapatero pretenden estrechar lazos con Rusia con el fin de poder construir un contrapeso al creciente poder que representa Estados Unidos, sobre todo después de la reválida de George Bush al frente de la Casa Blanca.

Desde la llegada de Zapatero a la Moncloa, España se ha adherido al eje franco-alemán como elemento estratégico de su política exterior.