En una impresionante demostración de fuerza, centenares de miles de libaneses convocados por la milicia fundamentalista shií Hizbulá se lanzaron ayer a las calles de Beirut para expresar su "agradecimiento" a Siria por mantener la paz en el Líbano y criticar "las injerencias de EEUU e Israel", representadas, según los organizadores, por la resolución 1559 de la ONU que exige la retirada total de las tropas sirias y el desarme de Hizbulá. "Hemos derrotado a los americanos en el pasado y volveremos a derrotarlos", dijo Hasán Nasrala, líder de Hizbulá.

No hay cifras que indiquen de forma exacta cuánta gente se dio cita ayer frente a la sede de la ONU en Beirut con banderas libanesas, fotografías de Bashar al Asad e incluso de Rafic Hariri, el exprimer ministro libanés asesinado hace tres semanas. En lo que coinciden testigos y medios de comunicación es que la manifestación fue mucho más multitudinaria que las que celebra la oposición antisiria en la cercana plaza de lo Mártires, situada apenas a 300 metros de donde ayer Hizbulá protagonizó su demostración de fuerza.

UNIDAD LIBANESA La milicia shií --considerada un grupo terrorista por EEUU e Israel, pero que es el principal partido político del Líbano-- se esforzó en la forma y el contenido en que la manifestación no pudiera ser interpretada como una confrontación en la calle con los grupos antisirios. De ahí la multitud de banderas libanesas --el símbolo de la oposición--, la bienvenida al repliegue sirio "si el mecanismo es dentro del acuerdo de Taif entre el Líbano y Siria", en palabras de Nasrala, y el llamamiento que efectuó el líder de Hizbulá a los dirigentes de la oposición para que acepten formar un Gobierno de unidad que rechace la resolución 1559 de la ONU.

Mientras Hizbulá se hacía con la calle de Beirut, las tropas sirias empezaron la primera fase de su repliegue, hacia el valle de la Bekaa, paso previo a su traslado a la frontera entre los dos países.