Tokio. -- El ajedrecista norteamericano Bobby Fischer ha abandonado esta mañana Japón rumbo a Islandia, su nuevo país de adopción, que le ha permitido eludir a la Justicia de Estados Unidos tras pasar ocho meses en un centro de detención de inmigrantes de Tokio.Fischer, de 62 años, permanecía detenido desde el pasado 13 de julio en el Centro de Detención de Inmigrantes de Ushiko, nordeste de Tokio, por intentar usar un pasaporte revocado por Estados Unidos, que tiene dictada contra él una orden de búsqueda.Su detención, cuando trataba de viajar a Filipinas, confinó a Fischer durante ocho meses en ese centro de internamiento de inmigrantes pendiente de la posibilidad de que EEUU finalmente consiguiera su deportación de Japón y lo juzgara.Fischer ha abandonado esta mañana esas instalaciones de Ushiko y, tras recibir su flamante pasaporte islandés, se ha dirigido al aeropuerto de Narita, a las afueras de Tokio.Pasado el mediodía, el polémico excampeón de ajedrez ha tomado un avión rumbo a Copenhague, desde donde se dirigirá a Reikiavik, para iniciar una nueva vida en su nueva patria."Es un secuestro""No estaré en libertad hasta que no abandone Japón", ha dicho Fischer, antes de añadir que su estancia en ese centro para inmigrantes "no fue una detención, sino un secuestro".El Parlamento islandés concedió el pasado lunes la ciudadanía a Fischer, lo que permitió a las autoridades migratorias niponas tramitar su deportación a Islandia y no a Estados Unidos, su patria de origen.En su traslado a Narita, Fischer ha estado en todo momento acompañado por representantes de la Embajada islandesa en Tokio.Fischer era reclamado por Estados Unidos desde 1992, cuando violó una prohibición expresa del Gobierno norteamericano de viajar a la antigua Yugoslavia y desarrollar una actividad económica en este estado.En medio del ambiente de guerra de los Balcanes, Fischer desafió el mandato y viajó a Yugoslavia, donde se embolsó tres millones de dólares tras vencer el campeonato al que había sido convocado y en el que derrotó a su también legendario rival, el ruso Borís Spassky.Simpatías islandesasFischer ha contado siempre con las simpatías islandesas, pues fue en Reikiavik donde se convirtió en 1972 en campeón del mundo, cuando le arrebató el título al entonces soviético Spassky en la que se llamó la "partida del siglo".Tras la concesión de la nacionalidad islandesa, las autoridades niponas no podían oponerse a la puesta en libertad de Fischer, pues bajo la ley de inmigración nipona, el ajedrecista debía ser deportado a su país de origen, es decir, EEUU, o a un país del que poseyera su nacionalidad, como sucede ahora con Islandia.Estados Unidos ha manifestado su disconformidad por la concesión a Fischer de la ciudadanía islandesa y ha reiterado la demanda de deportación a su territorio del ajedrecista."Fischer es un fugitivo de la justicia" y, además, "existe una orden de detención federal contra él", ha dicho a la prensa Adam Ereli, viceportavoz del Departamento de Estado norteamericano.