Abú Graib no es la única prisión en Irak donde los soldados estadounidenses torturaron de forma sistemática a los detenidos iraquís. Una investigación interna del Ejército estadounidense revela ahora que también se infligieron malos tratos y abusos en un centro de detención de EEUU cerca de Mosul, al norte del país, a finales del 2003.

El caso ha sido sacado a la luz pública por la Unión Americana de los Derechos Civiles (UCLA), después de que un tribunal de EEUU obligara al departamento de Defensa a entregarle toda la documentación relativa a la prisión de Mosul. "Los documentos muestran que la tortura y el abuso a detenidos era rutinario y que este tipo de comportamiento fue consentido por el Ejército", afirmó ayer un miembro de UCLA.

Según algunos testimonios recogidos en la investigación, los prisioneros estaban apiñados en celdas, donde los guardianes les golpeaban con botellas de agua y les sometían a ruidos ensordecedores. Fueron también forzados a permanecer despiertos durante largas horas y obligados a realizar ejercicios físicos hasta la extenuación. Uno de los detenidos murió debido al duro castigo que sufrió durante cuatro días.

Mientras, ayer se conoció que 131 presuntos insurgentes fueron capturados por el Ejército iraquí durante una operación militar en Kerbala. Al parecer, los rebeldes planeaban atacar una peregrinación shií.