Por 72 votos a favor, 39 en contra y tres abstenciones, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, ganó ayer la penúltima batalla parlamentaria, probablemente la definitiva, en su determinación de evacuar todos los asentamientos judíos de la franja de Gaza y cuatro de Cisjordania. Con estas cifras, la Kneset rechazó un proyecto de ley para reglamentar la convocatoria de referendos, el último cartucho legal que les quedaba a los ultranacionalistas para intentar frenar el plan de retirada de Sharon.

De esta forma, Sharon logra una nueva victoria parlamentaria que aleja el riesgo de convocar un referendo sobre la evacuación, una consulta a la que el primer ministro se opone por considerar que podría dividir peligrosamente al país.

VARIAS VOTACIONES Para ello, Sharon se ha enfrentado a su propio Gobierno --formado por ultranacionalistas hasta que forjó una nueva coalición con el Partido Laborista-- y a su partido, el Likud, que está al borde de la escisión entre los que apoyan al primer ministro y los que se oponen a la salida de Gaza, una decisión histórica, ya que será la primera vez que Israel abandonará territorio palestino ocupado en la guerra de 1967. Los opositores al plan también han forzado las normas parlamentarias y las reglas del juego para conseguir acabar primero con el plan y después con el propio Gobierno de Sharon, pero sin éxito.

Por eso, tras la definitiva derrota de ayer de los ultras, la situación se ha aclarado con vistas al 20 de julio, fecha en la que empezará la retirada de las colonias. Sharon sabe que tiene en su Gobierno a ministros del Likud --como el de Finanzas, Binyamin Netanyahu, o el de Exteriores, Silvam Shalom-- que no sólo votaron ayer a favor del referendo, sino que maniobran incluso contra los presupuestos, que se votarán esta semana. Si el Gobierno de Sharon perdiera esa votación, tendría que convocar elecciones anticipadas. Por eso, la prensa israelí auguraba ayer, citando a fuentes cercanas al primer ministro, que Sharon aprovechará para saldar cuentas en su propio partido.

ULTIMA BAZA Las cosas también han quedado claras para los políticos de ultraderecha y los colonos, que ayer perdieron su última baza para frenar la evacuación. De ahí las declaraciones indignadas de los políticos --"la Kneset ha votado en contra del pueblo y de la democracia", dijo Effi Eitam, del Partido Nacional Religioso-- y las amenazas veladas de los colonos. "De una forma destructiva, el primer ministro ha bloqueado la oportunidad de que el plan de separación sea votado por el pueblo y así evitar una guerra civil", reza un comunicado del Consejo de Asentamientos Judíos de Judea, Samaria y Gaza, representante de los colonos. Su presidente, Bentzi Liebermann, dijo que, a partir de ahora, a los colonos no les queda más remedio que llevar a la calle su resistencia contra la evacuación y avisó de que votaciones como la de ayer pueden llevar a radicales "a tácticas violentas".