Las propuestas del presidente francés y próximo presidente semestral de la UE, Nicolas Sarkozy, de rebajar la tributación de los carburantes para ayudar a los agricultores, transportistas y pescadores a hacer frente al drástico encarecimiento de los precios del petróleo encontraron ayer una fuerte oposición en la primera sesión de la cumbre europea.

La cancillera alemana, Angela Merkel, afirmó antes de comenzar la reunión que "las medidas de tipo fiscal, que impiden las necesarias adaptaciones a las condiciones cambiantes del mercado, deben evitarse". El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, tampoco consideró correcto utilizar medidas tributarias para reducir los efectos del alza de los carburantes, mientras que el primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, se declaró contrario a la adopción de "medidas a corto plazo que puedan distorsionar el funcionamiento del libre mercado".

"MENSAJE ERRÓNEO" La Comisión Europea argumentó que las rebajas fiscales enviarían el "mensaje erróneo" a los países productores de que pueden seguir subiendo el precio del crudo. El Ejecutivo comunitario abogó por medidas encaminadas a reducir el consumo, mejorar la eficacia energética, diversificar las fuentes de energía y aumentar la transparencia de los mercados de petróleo. Italia defendió su idea de imponer una tasa especial sobre los beneficios de las compañías petroleras y Austria propugnó gravar fiscalmente la especulación en los mercados de materias primas.

La delegación francesa señaló que la incapacidad mostrada hasta ahora por la UE para dar una respuesta efectiva al drástico encarecimiento del petróleo contribuye a alejar a los ciudadanos de las instituciones europeas y es una de las razones del triunfo del no en Irlanda.