Entre Rupert Murdoch y la clase política británica se está librando una guerra. El líder de la oposición, el laborista Ed Miliband, ha pedido que se desmantele el imperio que el magnate australiano ha erigido en el mercado de la prensa británica, reducido, tras el cierre de News of the World, a tres periódicos, The Sun, The Times y el Sunday Times, además del 39% de las acciones del canal de televisión BSKyB.

"Creo que la concentración de poder en las manos de una sola persona es algo malsano y conduce a abusos de poder en el seno de su organizaciónO, declaró Miliband al dominical The Observer. "Me parece que se debe mirar con mucha atención cuando una persona tiene más del 20% del mercado de la prensa. Es realmente peligroso", añadió el líder de los laboristas.

El viceprimer ministro y líder de los liberales, Nick Clegg, también desea límites a la propiedad de los medios de comunicación. "Una prensa sana es una prensa diversa. Lo que necesitamos es más gente compitiendo entre sí", afirmó, pidiendo "volver a examinar las leyes de pluralidad para asegurar que es adecuada en la prensa británica". En representación del Gobierno, el ministro de Defensa, Liam Fox, pidió reaccionar "sin histeria" a la crisis.

AUSENCIA NOTABLE El de ayer fue el primer domingo en 168 años en que no se publicó el tabloide News of the World, cerrado hace una semana por un escándalo que crece un poco más cada día que pasa. En su lugar, por segundo día consecutivo, News International, la empresa de Murdoch en el Reino Unido, publicó una disculpa pública en los dominicales británicos. Bajo el título Arreglaremos lo que se ha hecho mal, Rupert Murdoch promete compensaciones a los afectados por las escuchas y señala que "no habrá lugar para esconderse" de la investigación policial, con la que además asegura que va a colaborar "por completo" y "de forma activa".

Rupert Murdoch ha pasado el fin de semana encerrado en su casa de Londres preparando con reputados abogados y expertos en relaciones públicas la comparecencia de mañana ante el comité de medios de comunicación del Parlamento, que será televisada y previsiblemente muy dura. Será la primera vez que el magnate, de 80 años, declare ante los diputados y lo acompañará su hijo James, responsable en Europa de News Corporation, y Rebekah Brooks.