El barco francés de la Flotilla de la Libertad, que navegaba en solitario hacia Gaza y que fue abordado hoy por la Marina israelí ha entrado en el puerto de Ashdod, al sur de Tel Aviv, conducido por fuerzas israelíes, informó a Efe un portavoz militar. El "Dignité-Al Karama" (Dignidad) entró en el puerto conducido por los marinos israelíes que lo interceptaron en alta mar, "mientras que a bordo de una embarcación militar llegaron los tripulantes, periodistas y activistas que iban en él", indicó el portavoz. El portavoz del Ministerio israelí de Exteriores, Igal Palmor, explicó a Efe que los diez activistas y los tres miembros de la tripulación del barco serán deportados a sus países de origen "cuanto antes" dependiendo de las posibilidades de los respectivos vuelos. Palmor explicó que todos ellos tienen, sin embargo, derecho a solicitar comparecer ante un juez, al que pueden demandar su derecho a permanecer en el país. Si eligen esta opción, el juez deberá decidir en un plazo máximo de tres días si son deportados o no. Además de los diez activistas -la mayoría de ellos franceses, aunque también hay un canadiense y un sueco, según sus propias declaraciones- en el barco viajaban tres periodistas: una del diario israelí "Haaretz" y dos de la cadena de televisión catarí Al Yazira. La reportera israelí podrá quedarse en su país, mientras que el destino de los informadores de Al Yazira dependerá de su nacionalidad, indicó el portavoz. "El bloqueo ha sido impuesto de conformidad con el derecho internacional e intentar romperlo es una infracción, es un acto ilegal y por lo tanto el barco ha sido abordado", afirmó Palmor. Fuerzas de la Marina israelí abordaron hoy al "Dignité-Al Karama" a unas 50 millas de la costa de Gaza -según el diario "Haaretz"- y tomaron el control de la embarcación sin encontrar resistencia. La Marina actuó "después de que todos los canales diplomáticos quedaran agotados y las continuas llamadas al barco fueran ignoradas", indicó un comunicado militar y añadió que, al negarse a desviarse a Ashdod, "fue completamente necesario abordar el barco". Se tomaron "todas las precauciones necesarias y se evitó hacer daño a los activistas además de garantizar la seguridad de los soldados", según el comunicado, que explicó que tras el abordaje se comprobó el estado de salud de los pasajeros y se les ofreció comida y bebida.