La segunda Flotilla de la Libertad, representada por un único barco, llegó ayer al límite de las aguas de Gaza, donde fue interceptada por la Marina israelí. En el momento en que el pequeño yate Dignité-Karama, que pretendía romper el bloqueo de la franja, se encontraba a unos 92 kilómetros de la costa, la Armada le advirtió de que se aproximaba a una zona de acceso prohibido y le preguntó cuál era su destino. Un miembro de la tripulación del barco con bandera francesa respondió: "El puerto de Gaza", según una grabación del Ejército israelí.

Una portavoz militar explicó que "después de que el barco se negara a cambiar su rumbo", la Marina israelí lo abordó. La operación, ordenada por el jefe de las fuerzas armadas de Israel, Benny Gantz, y ejecutada por la unidad naval de élite Shayetet 13, se produjo de forma tranquila y ninguno de los 17 pasajeros opuso resistencia. "El yate ha sido abordado y todo ha ido bien, sin complicaciones ni víctimas", aseguró la portavoz del Ejército.

El año pasado, en el asalto israelí a la primera flotilla, murieron nueve activistas turcos. "Los soldados han tomado todas las precauciones para no causar daños a los activistas y a la vez garantizar la seguridad de los militares", remarcó la portavoz.

El Dignité-Karama fue forzado a dirigirse al puerto de Ashdod, a unos 20 kilómetros al noroeste de Gaza, donde los pasajeros --11 activistas propalestinos, tres tripulantes y tres periodistas, entre ellos Amira Hass, del periódico israelí Haaretz-- fueron interrogados por agentes de la policía.