Al menos 11 personas muertas y 89 heridas al descarrilar un tren de alta velocidad en la provincia oriental china de Zhejiang, según la agencia oficial Xinhua. El convoy, que cubría el trayecto entre las ciudades de Hangzhou y Fuzhou, descarriló a la altura de la localidad de Wenzhou cuando pasaba por un puente, del que cayeron dos vagones por un precipicio de unos 30 metros. Según responsables ferroviarios, el tren fue alcanzado por un rayo, por lo que detuvo su funcionamiento, y a continuación otro que circulaba tras él chocó en su parte posterior, causando el descarrilamiento. El accidente se produce en un momento de fuertes dudas sobre el desarrollo ferroviario de alta velocidad en China, después de que la mayor línea del mundo de este tipo, entre Pekín y Shanghái, se inaugurara el pasado uno de julio. En apenas tres semanas, esta línea ha tenido tres averías y medio centenar de atrasos, además de reducir frecuencias a causa de la escasez de viajeros en algunos trayectos, a lo que se añade el hecho de que el Ministerio de Ferrocarriles chino ha admitido un fuerte endeudamiento por estos proyectos de alta velocidad. Sin embargo, Pekín sigue decidido a desarrollar la mayor red de alta velocidad del mundo, con un kilometraje superior al de todas del resto del mundo sumadas.