El presunto autor del doble atentado en Oslo es un joven noruego con tendencias ultraderechistas e islamófobas. Anders Behring Breivik, de 32 años, era además un "fundamentalista cristiano", según medios noruegos, con conexiones con partidos ultras y también en redes masónicas, extremo este último que no fue confirmado por la policía.

Behring, arrestado en la isla de Utoya tras matar a sangre fría a 85 jóvenes en un campamento de verano, reconoció haber disparado contra la multitud, explicó ayer Johan Frediksen, jefe de policía de Oslo. Sin embargo, no confesó el móvil de los ataques, por lo que la policía sigue investigando todas las hipótesis.

Las autoridades, que ayer interrogaron al detenido, le vinculan con el atentado con coche bomba ocurrido dos horas antes, en el complejo gubernamental de la capital noruega, en el que murieron siete personas. Pese a que nadie lo confirmó, el doble atentado parece tener motivaciones políticas y apunta directamente contra el Partido Laborista, en el poder. Las víctimas en Utoya participaban en un campamento de verano de las juventudes laboristas.

Los agentes parten de la hipótesis de que el sospechoso se desplazó de la capital a la isla, a unos 40 kilómetros de Oslo, tras haber activado el coche bomba. Según la investigación, Behring compró seis toneladas de abono químico en mayo, que podría haber utilizado para fabricar el artefacto explosivo. Una portavoz de la empresa donde adquirió el abono declaró que la compra era "pequeña y habitual", ya que Behring era director de una granja ecológica.

Tampoco se conocen detalles sobre cómo pudo perpetrar la matanza un hombre solo ni si le ayudó alguien. Algunos supervivientes de Utoya dijeron haber visto disparos desde varias direcciones, lo que alimenta la sospecha de que tuvo algún cómplice.

"El sospechoso se rindió cuando llegó la policía, sin oponer resistencia. Seguramente se quedó sin municiones", declaró Frediksen. El comisario Sveinung Sponheim explicó que el dramático tiroteo duró "cerca de una hora y media", lapso eterno de tiempo para los participantes en el campamento, unos 560, en el que el atacante vació con frialdad sus dos armas de fuego.

DIFICULTADES Sponheim justificó la tardanza de la policía en llegar a la isla por las dificultades de encontrar un barco para trasladar los geos noruegos. Según el mismo comisario, la policía llegó a la orilla 40 minutos después de recibir el primer aviso, pero no pudo cruzar. Por eso pasó una hora y media entre el aviso y la intervención policial.