Los atentados de Oslo y Utoya se enmarcan en un contexto de auge del ideario de extrema derecha que, en la última década, ha encontrado en Escandinavia un excelente caldo de cultivo. Aunque estos países son un referente de los valores de la socialdemocracia, resulta irrefutable el crecimiento y auge de los discursos populistas y de la extrema derecha.

Sin ir más lejos, el Partido del Progreso (FrP) es, desde el año 2005, el líder de la oposición en Noruega y la popularidad de su jefa de filas, Syv Jensen, aunque fuertemente criticada, resulta indudable. El discurso de este partido contiene claros tintes populistas y apuesta, entre otras medidas, por las cuotas en el número de inmigrantes y también de refugiados y la posibilidad de que los ayuntamientos puedan redistribuirlos en función de sus necesidades.

No obstante, este partido se enmarca dentro de una línea de pensamiento democrático y de corte neoliberal, por lo que, aunque algunas de sus propuestas resultan reprobables, no es más que la punta del iceberg.

El problema real de las sociedades nórdicas está en la irrupción de partidos de extrema derecha en los parlamentos, como ocurrió en el año 2010 con el partido Verdaderos Finlandeses en Finlandia o los Demócratas Suecos (SD), en Suecia. Ya en el año 2001, el escritor sueco, Stieg Larsson, señalaba al noruego Erik Blücher como "la pieza central" de la red neonazi en la zona de Escandinavia. Blücher es también fundador del partido ilegal nazi, Partido Popular de la Nación en 1975 en Noruega.

Al parecer, este se habría instalado en la ciudad de Helsinborg (Suecia) para coordinar la rama escandinava de Blood and Honour (Sangre y Honor), la organización neonazi más importante del mundo, que se extiende por Europa, Estados Unidos y Sudamérica.

A través de foros en internet y la música Black Metal (la discográfica sueca Ragnarok Records es la mayor de este tipo en el mundo), describen Europa como un escenario de guerra, donde se lucha por la supervivencia de la civilización Occidental. Los atentados de Noruega se solapan con los tres episodios de tiroteos en Finlandia en el 2007, el 2008 y el 2009 que dejaron 22 víctimas.