Una nueva revelación ha vuelto a poner al descubierto las miserias de los medios de comunicación del imperio de Rupert Murdoch. Según publicó ayer la prensa británica, Sara Payne, la madre de la niña de 8 años que fue asesinada por un pederasta en el 2000, pudo ser víctima también de escuchas ilegales por parte del diario sensacionalista The New of the World. Según la policía británica, los datos de Payne, en concreto el número de su teléfono móvil, estaban en posesión de Glenn Mulcaire, el detective privado condenado en el 2007 por llevar a cabo escuchas ilegales por encargo del diario.

La noticia le ha caído como un jarro de agua fría a la madre de la niña asesinada, que ha colaborado con el diario hasta su cierre. En el último número de The News of the world, el pasado día 10 de julio, Payne escribió un artículo agradeciendo al rotativo la ayuda prestada y calificaba a los periodistas del tabloide de "buenos amigos" en los que confiaba.

Amigos de Payne aseguraron al diario The Guardian que la mujer está "completamente consternada y profundamente decepcionada".