La insurrección libia ha sufrido esta semana un fuerte revés. Abdelfatá Yunes, jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Rebeldes, ha sido asesinado. La noticia ha caído como un jarro de agua fría entre las filas de los rebeldes. Yunes era el cerebro militar y estratégico de la guerra contra el coronel Muamar Gadafi. Sobre él se habían depositado todas las esperanzas para enderezar a los jóvenes revolucionarios que entraron en el campo de batalla desentrenados y sin apenas experiencia militar. Su muerte ha levantado todo tipo de sospechas.

Fuentes del Consejo Nacional de Transición (CNT) aseguraron a este diario que grupos armados vinculados al régimen gadafista son los responsables de este ataque. En Bengasi, sin embargo, se rumorea que la emboscada ha sido organizada desde un sector de los rebeldes que siempre mostró su rechazo a Yunes por sus lazos con Gadafi.

El presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafá Abdel Yalil, explicó que el suceso ocurrió después de que el general hubiera sido convocado para declarar sobre temas militares que se estaban investigando y que vinculaban a su familia con el régimen de Gadafi.

EL TESTIGO Según la agencia Efe, el guardaespaldas del fallecido, Abdalá Baio, dijo que el militar fue retenido por la brigada 17 de Febrero que dirige Fawzi Bu Katef. Un miembro de esta brigada informó a la agencia de que había sido interrogado porque un sector del Ejército de la Revolución consideraba que Yunes seguía sometido al poder de Gadafi. Sin embargo, los hombres dirigidos por el general alegan que el interrogatorio tenía la finalidad de evaluar si Yunes incurrió en errores en la envestida a Brega, una de las ciudades más peleadas por los leales al régimen y rica en petróleo.

El guardaespaldas, citado por Efe, añadió que a Yunes se lo llevaron hombres del CNT cuando dirigía a un grupo de milicianos en el frente de Brega. Junto con Yunes, murieron dos de sus acompañantes. Abdel Yalil decretó tres días de luto y anunció que el cabecilla de los agresores ha sido capturado. Las pesquisas sobre el asesinato siguen abiertas. El cuerpo sin vida del general se encuentra en la ciudad de Bengasi, la capital del bastión revolucionario, y muestra impactos de bala y quemaduras producidas previamente.

Yunes era considerado un hombre fuerte de Gadafi por haber participado en el golpe de Estado de 1969 que llevó al coronel al poder. Ocupó el puesto de ministro de Interior hasta que estalló la rebelión y se sumó a las filas revolucionarias.

CREAR TENSIONES La guerra en Libia parece que se eterniza pero, con todos los indicadores en la mano, a ojos de los analistas, el coronel Gadafi está acabado diplomáticamente y políticamente. "La intervención militar de la OTAN no es determinante y no se puede negar que la prolongación de las operaciones crea tensiones dentro de la organización y discrepancias en cuanto a calidad e intensidad", explicó a este diario un diplomático español.

"No es previsible que se produzca una variación en la operación, ni en la forma ni en el contenido. Y pese a continuar Gadafi al frente de sus fuerzas militares en Trípoli, los aliados internacionales ya están trabajando en esa fase posconflicto", añádió la fuente diplomática.