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COMICIOS LEGISLATIVOS

Contundente victoria del populista Víktor Orban en las elecciones de Hungría

El primer ministro conservador revalida mandato con el 44,5% de los votos. El partido ultra Jobbik mejora en cuatro puntos y es la tercera fuerza del país

Contundente victoria del populista Víktor Orban en las elecciones de Hungría

"Hungría está a las puertas de una grandiosa era. Hungría es la nación más unida de Europa", ha afirmado Víktor Orban este domingo al valorar su triunfo en las elecciones legislativas del país. El líder populista del partido Fidesz, que gobierna Hungría desde hace cuatro años, ha logrado una contundente victoria, con el 44,5% de los votos. Con este porcentaje, el partido de Orban obtiene 133 de los 199 escaños, es decir, los dos tercios de la Cámara.

Con algo más del 91% escrutado, la coalición de cinco partidos encabezada por los socialistas ha obtenido el 25,5% de votos, mientras que la formación ultraderechista Jobbik, con el 20,7% de apoyos, mejora en casi cuatro puntos sus resultados del 2010. El partido ecologista será la cuarta fuerza política con un 5,1% de votos, solo una décima por encima de la barrera mínima para entrar en la Cámara.

Jobbik, el partido neonazi, formado hace solo once años, entró con fuerza en la Cámara por primera vez en el 2010, con el 17% de los votos, 44 escaños. Su líder, Gábor Vona, se ha mostrado decepcionado con los resultados de este domingo a pesar del claro avance, pero ha prometido a sus seguidores ganar las elecciones del 2018. La participación se ha situado en el 60% mientras que hace cuatro años fue del 64,38%.

Nueva normativa electoral

Estas han sido las primeras elecciones después de los cambios introducidos en la ley electoral que, según los representantes de la oposición, han beneficiado claramente a Fidesz, el partido de Orban. La reforma ha reducido el número de escaños, de 386 a 199, y el de circunscripciones, de 176 a 106. Además, por primera vez los comicios se han disputado a una sola vuelta.

"Es como si Fidesz corriera una carrera de 100 metros y los demás partidos, 400 metros vallas", ha comentado un líder de la coalición encabezada por el Partido Socialista.

Tensiones con Bruselas

Cuando faltan solo siete semanas para las elecciones europeas, la aplastante victoria del populista Orban es especialmente significativa. El primer ministro húngaro ha mantenido siempre una posición beligerante frente a Bruselas, que meses después de su victoria ya empezó a mostrar su preocupación por la velocidad con la que Orban alteraba leyes fundamentales del ordenamiento jurídico de su país, abusando del poder que le proporcionaba la posesión de los dos tercios del Parlamento.

Lejos de agachar la cabeza y reconocer los errores que la Unión Europea le atribuía, Orban ha respondido a las acusaciones con frases tan contundentes como: "Ningún primer ministro europeo, ningún Gobierno europeo está en posición de decir a los húngaros qué clase de Constitución pueden tener o no", afirmó en 2011 en la Eurocámara cuando compareció para presentar el balance de la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea.

Dos años más tarde, en julio del año pasado, Orban respondió airado a los eurodiputados que le criticaron su autoritarismo, recordando el pasado comunista de su país: "Estuve en contra del comunismo y no quiero volver a experimentarlo. No quiero una Europa donde se pone a los países bajo vigilancia. Lucharemos contra esto".

Apoyo ciudadano

Esta actitud le ha reforzado su imagen en el país, que le contempla como a un duro hombre de Estado. La mayoría de húngaros consideran que Orban defiende así los intereses nacionales frente al poder de la Unión Europea o de Estados Unidos.

Orban se atribuye el mérito de haber mejorado la situación social del país y de haber estabilizado su economía. Sus críticos destacan que las diferencias entre ricos y pobres se han ampliado drásticamente en los últimos años, cuando 460.000 ciudadanos han emigrado en busca de mejores condiciones de vida.

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