La primera ministra británica, Theresa May, viajó ayer a Estados Unidos para discutir con Donald Trump un futuro acuerdo especial para el Reino Unido. May será el primer mandatario internacional en verse con el nuevo presidente estadounidense, coincidiendo con sus declaraciones en defensa de la tortura.

Un pacto comercial bilateral después del brexit, el futuro de la OTAN, la inmigración y la cooperación en materia de terrorismo son los temas que presumiblemente estarán en la agenda con el denostado anfitrión. Antes del encuentro de hoy en la Casa Blanca, May pronunció ayer un discurso en Filadelfia ante las más importantes figuras del Partido Republicano, un evento anual a puerta cerrada, en el que Trump estará presente.

«SOBERANÍA GLOBAL» / Según adelantó la prensa británica, la primera ministra se refirió al triunfo electoral de Trump como un momento de «renovación». Expuso su ambición de convertir al Reino Unido en «una soberanía global», después del brexit y expresó el deseo de intensificar los lazos con Estados Unidos, «nuestros viejos amigos».

«El Reino Unido es por instinto e historia una nación grande y global que reconoce sus responsabilidades en el mundo». El Reino Unido y Estados Unidos tienen la oportunidad de «ser de nuevo los líderes», señaló May, con ciego optimismo. La primera ministra tenía previsto reunirse con algunas de las figuras republicanas, que han de jugar un papel decisivo en el Congreso a la hora de poner en práctica los planes de Trump, con quien tienen graves diferencias, como quedó patente durante la pasada campaña electoral.

El nuevo presidente estadounidense ha defendido el brexit, como «una decisión inteligente» de los británicos y ha manifestado su deseo de alcanzar un «rápido» acuerdo de comercio, una vez consumada la ruptura con la Unión Europea. De esa rapidez dudan sin embargo los economistas, para quienes la negociación llevará años y estará llena de obstáculos. Tampoco la línea proteccionista de Trump es un buen augurio.

La entrevista con un personaje repudiado por gran parte de la opinión pública mundial es un campo minado para May. El líder laborista, Jeremy Corbyn, la ha acusado de, «amenazar a sus socios europeos mientras ofrece un cheque en blanco al presidente Trump».

FARAGE / La primera ministra no es además el primer político británico que se reúne con Trump. Desde su victoria electoral, el dirigente estadounidense ha recibido a Nigel Farage, el exlíder del UKIP, a quien propuso informalmente como futuro embajador en EEUU, y a Michael Gove, exministro conservador, otro de los líderes del brexit y enemigo político de May.

Tras verse en el Despacho Oval, Trump y May ofrecerán una rueda de prensa conjunta. Así lo adelantó a los periodistas a bordo del Air Force One el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, quien anotó que el objetivo del encuentro de Trump con May es «seguir hablando del crecimiento de la relación entre Estados Unidos y el Reino Unido».

Parafraseando el discurso de investidura de Trump, en el que prometió «Estados Unidos primero», May aseguró en la Cámara de los Comunes que al negociar con el nuevo Gobierno instalado en Washington pondrá «los intereses y los valores británicos primero».