Los gobiernos de Gales y Escocia presentaron ayer a la primera ministra británica, Theresa May, sus respectivos planes para que ambas regiones, una vez consumado el brexit, puedan seguir teniendo acceso al mercado único por medio de acuerdos especiales con Bruselas. May se reunió en Cardiff con los responsables de los ejecutivos de Gales, Escocia e Irlanda del Norte. Los tres dirigentes autonómicos volvieron a reclamar un papel mayor de sus respectivos gobiernos en las negociaciones para la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).

«El tiempo se acaba rápidamente», declaró la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon. «Este encuentro tiene lugar en un momento crucial, con la cuenta atrás en marcha y la activación del artículo 50 cada vez más cercana, y de momento no hay señal alguna de que el Gobierno británico esté tomándose en serio la posición de Escocia». Sturgeon viene amenazando con la celebración de un nuevo referéndum de independencia si el Reino Unido abandona la UE, pero de acuerdo con el sondeo publicado por el Sunday Times la mayoría de los escoceses (51%) no quieren una segunda consulta en los próximos años.

El ministro principal galés, Carwyn Jones, fue más suave en las críticas a May. Si bien las posiciones con Londres «no son idénticas, si son reconciliables», señaló. May prometió «intensificar los trabajos» para estudiar las propuestas. Irlanda del Norte, sin Gobierno y con unas elecciones previstas para el 2 de marzo, estuvo representada por la hasta ahora ministra principal y líder del Partido Democrático Unionista, Arlene Foster, así como por la nueva líder del Sinn Féin en Irlanda del Norte, Michelle O’Neill.

May se desplazó después a Dublín, donde se reunió con el primer ministro Enda Kenny. Irlanda teme perder poder comercial con la salida del Reino Unido de la Unión Europea. «Una relación en este sentido, sin fricciones, va en el mejor interés de ambos países», afirmó Kenny.