El 25 de junio se trasladaron los restos de Florencio Carrasco Gracia (1901-1936) del cementerio de Magallón al de Luceni. Lo esperaban la familia: hijo, nietos, sobrinos y amigos, según explica Ana Arellano.

Así cumplió Matías Carrasco el deseo que siempre había tenido de traer a su padre para que descansara junto a su madre.

Fue un acto sencillo, sin grandes discursos, ni recriminaciones, ni alusiones al pasado, sólo Matías dijo un gracias emocionado. Florencio, el nieto, comentó; "ya está, es lo único que queríamos".

En la mente de todos estaba el recuerdo de los que todavía quedaron en Magallón, Gregorio Morales Lasfuente (1891-1936) y Celedonio Morales Aibar (1917-1936), padre y hermano de Ángel Morales, vecino de Luceni.

Después vino la celebración, la alegría de saber que el padre y abuelo estaban otra vez en su pueblo. Descanse por fin en paz Florencio Carrasco Gracia.