El paso elevado de la carretera A-221, derruido en parte el pasado 27 de noviembre por un corrimiento de tierras que originó graves daños que hacían peligrar la estabilidad del puente, no podrá abrirse al tráfico en la próxima Semana Santa, tal y como se auguraba a principios de año. Sin embargo, a pesar del retraso sobre las previsiones iniciales para devolver a la normalidad esta carretera, la Dirección de carreteras de la Diputación General de Aragón se muestra bastante optimista. Gonzalo López Pardos, su principal responsable, visitó el pasado 16 de febrero las obras y afirmó que se podrá circular sobre la infraestructura a finales del próximo mes de marzo o en la primera quincena de abril.

"Dentro de unas semanas se habrá reconstruido el puente, sin embargo no se permitirá la circulación de ningún tipo de vehículo hasta que se haya comprobado su resistencia con una prueba de carga", afirmó Gonzalo López durante el reconomiento de la infraestructura.

Hasta la fecha se han saneado y reforzado los pilares y los anclajes bajo el paso elevado, se ha construido una estructura de hormigón que hará las veces de tirante para aumentar la sujeción y pronto se completará la instalación de seis nuevas vigas y un pórtico para sustituir a los que fueron destruidos cuando se partió el puente con una gran cizalla.

Tanto el director de carreteras como los técnicos y expertos que han seguido de cerca el desarrollo de la obra se muestran satisfechos de cómo se han llevado a cabo los trabajos. "Cuando hicimos las primeras valoraciones de los daños se habló de un periodo de seis meses para reabrir el paso a los vehículos, y era una valoración optimista, sin embargo vamos a conseguir reducir este plazo a cuatro meses".

Los costes económicos de todo el proceso de reforma del puente se han calculado en torno a los dos millones y medio de euros.

Mientras tanto lo operarios de Renfe siguen trabajando en la vía de la línea Zaragoza-Caspe-Barcelona que discurre bajo el paso elevado y que también se vio afectada por el corrimiento de tierras porque, aunque el tráfico de trenes se abrió el 28 de enero, la catenaria se corta a diario durante unas tres horas para llevar a cabo las últimas reparaciones.

Por otra parte, el camino que discurre bajo el puente, en el lugar donde hace 17 años se encontraba la antigua carretera, forma parte de la Ruta Jacobea del Ebro que atraviesa la comarca desde Escatrón hasta Quinto. Por esta razón diversas asociaciones jacobeas se han dirigido a la Dirección de Carreteras para solicitar que esta vía quede en buenas condiciones para que pueda ser transitada por peatones o vehículos ligeros que optan por este camino en su viaje a Galicia.

GLORIA ABADIA