La tormenta de granizo que descargó el viernes 16 de agosto sobre la comarca de Valdejalón destruyó la cosecha de 2.000 hectáreas de frutales, según datos de UAGA, y afectó a miles de toneladas de fruta, tanto de la que se está recolectando en estos momentos (melocotones, nectarinas, paraguayos) como de las futuras cosechas de variedades tardías. A falta de una valoración exacta de las pérdidas, se sabe que en las parcelas afectadas los daños oscilan entre el 50% y el 100%.

"Los daños son muy graves", subrayó Fernando Luna, del sindicato agrario Asaja. "Había determinados tipos de fruta que se iban a recolectar dentro de unos días y allí donde ha caído piedra la cosecha se ha echado a perder".

La granizada, que afectó a los términos de Ricla, La Almunia y Calatorao, duró alrededor de 40 minutos, cayó con gran violencia y se distribuyó de forma muy desigual. En la primera localidad, casi todos los campos afectados se sitúan junto a la variante de la carretera del eje del Jalón, mientras que en La Almunia el granizo golpeó sobre todo las huertas de las inmediaciones del casco urbano, al norte de la población, y también las tierras situadas en dirección a Alpartir.

PRÓXIMA REUNIÓN

Desde la Comarca de Valdejalón, su presidente, José Mª Abad, rápidamente se puso en contacto el mismo viernes con los alcaldes de los municipios afectados para conocer de primera mano el alcance de los daños. Además, Abad ha convocado a estos alcaldes a una reunión el miércoles 21 en la que "se analizará lo ocurrido de manera conjunta para dar traslado de los daños al Conscorcio de Lucha Antigranizo y al Gobierno de Aragón para tratar de solicitar alguna ayuda para los agricultores, aunque somo conscientes de que la situación económica es muy difícil", puntualiza Abad.

La granizada no podía llegar en peor momento. Justo estos días los fruticultores están en plena campaña veraniega y, en determinadas zonas, el fruto de todo un año de trabajo se tendrá que tirar (destrío) o irá directamente a la fabricación de zumos, a un precio inferior al de mercado y tan ajustado que puede no compensar el gasto en mano de obra para su recolección.

"Mucha fruta ha caído del árbol y esa ya es irrecuperable, pero además otros frutos se han quedado en las ramas con muchas marcas por el granizo y, hasta que no pasen unos días, no se verá el alcance real de la pedregada, pero la situación pinta muy mal", agregó Luna.

Para una agricultura en crisis desde hace años, esta catástrofe meteorológica puede significar la puntilla. "Resulta que muchos agricultores no han contratado seguro porque, a raíz de la retirada de la subvención de la DGA, salía carísimo y no se lo podían permitir", apuntó Antonio, un cultivador de La Almunia.

Este año, en principio, se presentaba bien para la fruticultura tras las intensas y oportunas lluvias primaverales. Pero el tiempo tormentoso del verano y la caída de pedrisco en las vegas de Zaragoza está torciendo ese pronóstico positivo. De hecho, el exceso de agua ya retrasó la recolección de la cereza y ahora las descargas de granizo están diezmando el contenido de los árboles.