El pasado 22 de febrero las calles de los municipios aragoneses, entre ellos los del Bajo Gállego, amanecieron cubiertos por un manto de nieve. Un aspecto poco usual, ya que desde hace varios años este fenómeno atmosférico no se producía con tanta intensidad.

Aunque, la nevada no sólo tuvo su cara amable, ya que a los pocos minutos de empezar a caer los copos helados comenzaron los problemas de resbalones que dificultaron el tránsito de vecinos y de vehículos.

Por ello, en localidades como Zuera se puso en marcha rápidamente un sistema de limpieza y vigilancia de las vías que impulsó el ayuntamiento desde sus áreas de Medio Ambiente y de Urbanismo, ésta a través de la Brigada de Obras. Los miembros de este colectivo desplegaron todos los efectivos y comenzaron a verter sal por las zonas con mayor número de viandantes, (calle Mayor, cercanías del colegio y consistorio).

En otros municipios como Villanueva y Ontinar también se tuvieron que efectuar tareas de limpieza de las vías. En San Mateo la nevada pilló por sorpresa a los alumnos del colegio. Por ello, algunos se decidieron a acudir en bicicleta al centro escolar, aunque a la vuelta, dejaron allí su vehículo porque estaba helado.