Durante aquellos largos días de confinamiento en los que a las ocho de la tarde la gente salía a aplaudir a las ventanas y puertas de sus casas, las vecinas de la esquina entre las calles Constitución y Goya de Belchite empezaron a «disfrazar» el palo que una de ellas tenía en la puerta de su casa. Comenzaron con el espumillón de las navidades y conforme iba pasando el tiempo iba aumentando la creatividad. La cincomarzada la representaron mediante un muñeco y un 5, el día de la mujer trabajadora transformaron el hombre en mujer, y el Domingo de Ramos no podía faltar la rama de olivo y las chuches.
En Semana Santa los capirotes de las diferentes cofradías de Belchite hicieron su aparición, y no fueron pocos los vecinos que se acercaron a verlos y fotografiarlos. También San Jorge representado encima de su caballo y el fiero dragón. El día del trabajador y el día de la madre fueron otras de las creaciones de estas vecinas: Olga Valero, Anabel Franco y Luismi, Anabel Fron y Ainhoa González, que con su ingenio y buen hacer han tenido al pueblo de Belchite pendientes de su iniciativa. La última decoración está relacionada con el verano.
