La aventura de los molinos, escrita por Miguel de Cervantes hace ahora 400 años, es la muestra más popular de la locura de Don Quijote frente al buen juicio de su escudero Sancho. Un molino de viento de similares características a los que fueron confundidos por el caballero de La Mancha con gigantes, se encuentra en Tabuenca y ahora el Ayuntamiento se ha propuesto su restauración a lo largo del presente año en que se celebra el Año Internacional del Quijote, como un atractivo más de la población.

El molino se halla ubicado muy cerca del casco urbano, sobre una pequeña elevación donde estaban las antiguas eras del pueblo. De su primitiva edificación sólo se conserva lo construido en mampostería, es decir, la torre cilíndrica del siglo XVI. Todavía puede apreciarse la puerta de entrada, y alguna de las ventanas originales, aunque con alteraciones causadas por el uso como pajar que se dio hasta una época reciente.

El desarrollo de la escalera se reconoce bien por su impronta sobre el muro, así como la existencia de los tres niveles que tendría. Sin embargo, han desaparecido todas las estructuras de madera, incluido el tejado que se supone sería giratorio.

El molino fue adquirido por el ayuntamiento en el año 2002, cuando también compró unos terrenos anejos al mismo "donde se quiere hacer un parque público y una zona de acampada", según ha indicado la alcaldesa de Tabuenca, María Angeles Lanzán.

De momento, ya se ha encargado el proyecto de rehabilitación a la empresa Grucontec S.L. y se sabe que la restauración del molino será dirigida por el arquitecto Fernando Alegre Arbués.

La alcaldesa quiere que esté finalizado "este año tan significativo por el cuarto centenario del Quijote", ya que está convencida de que "el molino tiene que servir como atracción turística para la localidad". El presupuesto de la restauración se acercará a los 120.000 euros y, aunque el consistorio ya cuenta con una ayuda de la Diputación Provincial de Zaragoza, Lanzán espera "tener el apoyo económico de otras instituciones y entidades".

Estos molinos de viento fueron una importación tecnológica de la España de Felipe II, inspirados en los existentes en los Países Bajos y la vecina Francia. En la provincia se conservan cuatro ejemplares.

Lanzán quiere recuperar el de su localidad para el turismo, completando así la oferta ofrecida por la Casa Museo que se abrirá al público este año. Otra de las acciones que se van a realizar es la señalización de rutas para senderismo y bicicleta de montaña, y el establecimiento de una escuela de escalada.

JAVIER LERIN DE PABLO