En abril del 2020 la Residencia San Sebastián de Mallén fue duramente castigada por la pandemia como desgraciadamente tantas otras. Lejos de caer en el desánimo aprovecharon la inestabilidad de la situación para cambiar el enfoque de la misma. Actualmente, el centro residencial se encuentra inmerso en el proceso de implantación del modelo de atención centrada en la persona. Rosa Asín es la presidenta de la Asociación San Sebastián, y Sofía Coscolluela, directora de la residencia. Ellas explican en qué consiste el cambio y cómo ha evolucionado el centro cuando se ha cumplido un año desde los primeros contagios.

¿Por qué decidieron cambiar el modelo de cuidados de la residencia de mayores?

Rosa Asín (R.A.): Éramos conocedores de la existencia de tendencias y enfoques que dan forma a una nueva línea de atención a personas mayores. Éstos están alcanzando cada vez más relevancia y, poco a poco, se están implantando en más residencias. Coincidiendo con la jubilación del anterior director, decidimos abrir un proceso de selección para buscar a un profesional con amplia formación y experiencia del sector que dirigiese la organización. Sofía Coscolluela nos convenció no sólo porque cumplía con creces todos los requisitos a nivel curricular, sino que nos proponía la implantación del modelo de atención centrada en la persona (ACP), a pesar de que Gobierno de Aragón todavía no lo exige a las residencias para personas mayores.

Ahora que ha transcurrido un año desde los primeros contagios, ¿cómo se encuentra la residencia?

Estamos tranquilos, y confiamos en cada uno de los pasos que vamos dando, han sido meses duros. El equipo, los residentes y los familiares vivieron situaciones muy complejas, y teníamos la obligación de continuar trabajando. Es nuestra responsabilidad aportar calidad de vida a las personas que depositan su confianza en nosotros para que los acompañemos en esta etapa de sus vidas.

¿En qué consiste la implantación del modelo de atención centrada en la persona?

Sofía Cosculluela (S.C.): El modelo comenzó a utilizarse en los países nórdicos hace ya varias décadas. A día de hoy es el modelo de referencia para aquellas residencias que quieren evolucionar en la prestación del servicio.

Trabajo desde hace 14 años con personas mayores institucionalizadas. En este tiempo, he podido conocer modelos asilares y asistencialistas y pienso que debemos evolucionar hacia otro tipo de formas de cuidar, que reconozcan el papel central de la persona usuaria, permitiendo que sean ellos mismos quienes realmente ejerzan el control sobre su vida y los asuntos que les afectan. Tenemos la obligación de hacerlo.

¿Cómo han sido estos meses?

Las personas mayores en situación de fragilidad o dependencia son especialmente vulnerables y por tanto debemos exigir un trato que potencie su voluntad, gustos y preferencias. En la residencia de Mallén trabajamos comprometidos para que la ausencia de autonomía no implique una pérdida de libertad y derechos.

Estos meses han sido complejos. Todo el equipo ha trabajado incansablemente. Contamos con una plantilla entregada y motivada, que se está formando y adaptando a la nueva metodología de trabajo. Las familias han jugado un papel muy importante en todo el proceso, y desde el inicio han confiado en nosotros y en nuestra forma de entender los cuidados. Sin duda alguna forman parte de la residencia.

La entidad en estos momentos está inmersa en varios proyectos asistenciales…

R.A: Por un lado, el proyecto ‘Ascendentia’, cuya finalidad es la reducción del uso de sujeciones mecánicas y farmacológicas. También el proyecto ‘Preventia’, mediante el cual se facilita servicio de fisioterapia y terapia ocupacional a todos los usuarios. Y el proyecto ‘Famileo’, un proyecto intergeneracional que acerca a las personas residentes y usuarias con sus familias mediante la elaboración de una revista individualizada quincenal. Queda mucho por hacer. El cambio no ha hecho más que empezar.

¿Podría darnos algún ejemplo concreto de lo que ha supuesto la implantación del modelo de atención centrada en la persona?

De un modo muy sencillo podemos decir que ahora es el centro quien se adapta a los residentes y no los residentes al centro. Cuando una persona deja su hogar habitual para ingresar en una residencia, asumimos que va tener que abandonar su estilo de vida para adaptarse al que la institución marca. Desde los horarios hasta el tipo de dieta, son los profesionales quienes deciden y nosotros no estamos de acuerdo con esto, sino todo lo contrario. No debemos olvidar que la residencia es su hogar.

¿Qué actividades realizan en el centro residencial?

Hasta el momento hemos dado pasos firmes, pero todavía simbólicos en lo que supone trabajar con el modelo de ACP. Todos los meses realizamos la asamblea de actividades, en esta reunión participan residentes y miembros del equipo, y entre todos decidimos qué actividades nos apetece hacer. No dejan de sorprendernos. Salen actividades de todo tipo, y nos llenan de vida: campeonatos de guiñote, talleres de manualidades, carnaval, talleres de cocina, perroterapia, almuerzos, feria de abril, concurso de ranchos…

Rosa Asín, presidenta de la Asociación San Sebastián, y Sofía Coscolluela, directora de la residencia de mayores de Mallén. | SERVICIO ESPECIAL

También han cambiado hábitos alimenticios.

Detectamos que las meriendas y desayunos que ofrecíamos, les parecían aburridos, y razón no les faltaba. Les preguntamos qué podíamos hacer para mejorar, y los propios residentes fueron quienes diseñaron sus desayunos y meriendas. Lo cierto es que no piden cosas extravagantes, pero ahora mismo tenemos unas meriendas y desayunos muy ricos y divertidos, con fruta, dulces, croissants a la plancha… A veces parece que estamos en una panadería. Por supuesto, existe un riguroso control sanitario por parte de la enfermera de la residencia, Teresa Bobé, pero la prevención no puede limitar el derecho de autonomía de las personas por el simple hecho de vivir en una residencia. Todos tenemos los mismos derechos.

¿Cómo está siendo la experiencia?

El equipo de atención directa se ha adaptado muy bien al cambio. A diario juegan al bingo, cantan, bailan, maquillan a las señoras, charlan con las personas residentes… En definitiva, les prestan los apoyos que necesitan, y esto va mucho más allá de cubrir necesidades básicas. Es una maravilla poder ver al equipo con las personas que viven en la residencia compartiendo su tiempo. Este poder decidir, queremos llevarlo de manera progresiva a todos los procesos del centro. El cambio de mirada ya está aquí.

Sin un equipo profesionalizado y bien cohesionado, la implantación del modelo se hace muy difícil. Por ello, contamos con Lourdes Bermejo García, quien lidera nuestro plan formativo. Es gerontóloga de reconocido prestigio internacional y posiblemente la principal impulsora en España del modelo de atención centrada en la persona. El pasado 22 de abril tuvimos la suerte de tenerla pasando un día de formación con todas nosotras. Contar con profesionales de este tamaño apostando por nuestro proyecto nos motiva, alienta y da seguridad.

A corto plazo, ¿cuáles serán los próximos cambios que plantean en la residencia San Sebastián de Mallén?

Realizamos un trabajo prácticamente artesanal y la normativa covid no nos facilita la implantación del modelo. Pero en estos meses hemos demostrado que con formación, perseverancia y metodología es posible implantar el modelo de atención centrada en la persona, incluso en mitad de una pandemia. Próximamente comenzaremos a desarrollar los planes de cuidados participativos, para que la decisión de las personas residentes sea el eje de nuestros cuidados. Es un placer trabajar para mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

El centro cuenta con un gran equipo profesionalizado y cohesionado.