Alcalá de Ebro, Remolinos y Novillas serán las tres primeras localidades en las que se construirá un muro perimetral de contención. Así lo aseguró el 21 de abril el consejero de Agricultura, Joaquín Olona, tras reunirse con la Comisión Permanente de Municipios Afectados por el Ebro. Esta cuestión se decidió tras un informe técnico que contabiliza el ratio coste-beneficio en 9, es decir, por cada euro invertido en infraestructuras de protección, se ahorrarían 9 euros en posibles daños. La última riada anegó más de 13.000 hectáreas de terreno. En total, las ayudas para solventar y cubrir los daños derivados de las riadas del Ebro ascenderán hasta los 4,5 millones de euros y se repartirán en cuatro líneas de actuación.

«Nosotros vemos con buenos ojos todo tipo de inversiones encaminada a prevenir daños. Pero la realidad no solo de España si no de otros países de Europa es muy tozuda. Y nos conduce siempre al mismo lugar. A la limpieza y mantenimiento sostenible de nuestras riberas, como parte sustancial de la solución», destacó el alcalde de Novillas, Abel Vera.

La primera de las líneas, dotada con un millón y medio de euros, se destinará a la construcción de muros perimetrales de contención. «El objetivo de esta actuación es proteger a los núcleos urbanos», explicó el consejero. En total son seis las obras previstas que se desarrollarán hasta 2026. «Sabemos que el presupuesto es insuficiente para acometer las seis actuaciones pero confiamos en que habrá fondos adicionales para poder finalizarlas», aseguró Olona. El consejero señaló que tres de los seis proyectos, los que corresponden a Alcalá, Novillas y Remolinos, se acometerán de forma inmediata y los tres restantes –Torres de Berrellén, Sobradiel y Mallén– se mantienen a la espera de la llegada de nuevos fondos que según Olona podría ser «este mismo verano».

La segunda línea , con una dotación de 1,5 millones, servirá para adquirir terrenos que sean susceptibles de verse anegados en caso de riada. Se trata de una «una reivindicación personal» aseguró Olona. El objetivo está en que sean los propios ayuntamientos los que adquieran estas parcelas. «No se trata de ponernos a comprar toda la Ribera, son sitios muy concretos donde llevar a cabo actividades de protección o en algunos casos salvar instalaciones y edificios que amenazan con convertirse en ruinas», puntualizó.

La tercera línea consiste en la adquisición de equipos que se necesiten para hacer frente a las riadas y entre los que se incluyen las bombas de achique, barreras de protección y otros elementos mecánicos. Y la cuarta, dotada con un millón y medio está destinada a facilitar el traslado de determinadas explotaciones ganaderas que de manera recurrente sufren las consecuencias de las inundaciones. «Se trata de una cuestión voluntaria y siempre pensando en el bienestar animal», explicó Olona. El objetivo es que no se pierda actividad económica.