Cumpliendo fielmente lo que indica el refranero popular, el día del Corpus relumbró en Mezalocha algo más que el sol. La iglesia parroquial de San Miguel, engalanada para la ocasión, acogió momentos de gran intensidad puesto que, junto a la desbordante alegría de los seis pequeños que habían realizado su Primera Comunión, se unía la entrañable despedida al párroco, Nicolás Pulido, quien, tras casi dos años en la localidad, debe regresar a su Colombia natal. Fue especialmente emotiva la interpretación que, de forma magistral, realizó Andrea Larrosa del ´Ave María´ de Schubert, durante el ofertorio.

Concluida la Eucaristía, se procesionó la Custodia bajo palio, portado en sus varales por los orgullosos padres de los comulgantes, mientras los comulgantes Alba, Eduardo, Marta, Miguel, Pilar E. y Pilar N, arrojaban sin parar pétalos de rosa a su paso, en tanto que sus madres inmortalizaban cada momento.