Tras dos años de obligada ausencia, las procesiones regresaron a las calles de Mezalocha en Semana Santa y las imágenes del Cristo de la Cama y La Dolorosa, portados por los sayones, volvieron a recorrerlas.

El Vía Crucis al monte Calvario. | SERVICIO ESPECIAL

Los actos religiosos tradicionales, que aún perduran pasando de generación en generación, se celebraron de nuevo. Como el Vía Crucis, recorriendo las 12 estaciones del monte Calvario, que el año próximo cumplirá 155 años, el Santo Entierro, entre la iglesia de San Miguel y la ermita de San Antonio, y el canto del reloj de la pasión, ceremonias distintivas de la Semana Santa mezalochana que están indisolublemente unidas a estos días en la localidad.

Desde Mezalocha señalan que «somos un pueblo pequeño con pocas y sencillas tradiciones que de ninguna manera deberían perderse cayendo en el olvido porque podemos adaptarlas a los tiempos actuales. Entre todos es nuestra obligación seguir conservándolas». «No se trata de competir ni compararnos con nadie; objetivamente no podemos. Se trata de potenciar lo nuestro, participar en lo nuestro, ponerlo en valor y hacerlo más sentido porque son parte irrenunciable de nuestra identidad como pueblo».