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'RECUERDOS DE CASABLANCA' SE PRESENTARÁ EL 28 DE MAYO A LAS 19.00 HORAS

"Casablanca es como un pueblo en el que todo el mundo se conoce"

"Casablanca es como un pueblo en el que todo el mundo se conoce"

--¿Cómo surgió la idea de hacer un libro sobre Casablanca Histórico?

--Un día recibí una llamada de Heriberto Navarro, de Ediciones 94, quien me indicó que por impulso suyo y de la Junta Municipal de Casablanca se había decidido hacer un libro sobre el barrio, aunque no un texto sobre la historia al uso, sino algo especial, basado en los recuerdos de los más mayores que viven en él. De ahí su título, 'Recuerdos de Casablanca'.

--Y aceptó...

--Sí. Desde hace casi tres años hago la Crónica de Casablanca, que edita el Periódico de Aragón, y en este tiempo los vecinos y las asociaciones de la zona me han hecho sentir como en casa, así que no lo dudé, porque parte del trabajo era entrevistar a personas que han visto cómo cambiaba el barrio en estos años. De este modo, sus vivencias no caerán en el olvido. El proyecto me enganchó desde el principio porque me pareció muy bonito.

--Cuéntenos cómo se ha articulado el texto.

--Tras el prólogo que ha hecho la presidenta del distrito, Leticia Crespo, hay una pequeña historia al uso, pero luego se van desgranando los cambios que ha experimentado este barrio en los últimos 80 o 90 años, vinculados a personas que los han vivido. Familias como los Sarnago, Baldovín, Berdejo, Camerano, Loscertales, Orna, Salinas o Valero son algunas de las que han visto la transformación de la zona. En el libro aparecen sus testimonios, que no son todos los que se pueden pulsar en el barrio, porque sería imposible, pero sí muchos de los más representativos.

--¿Qué vieron todas esas personas?

--Cómo cambiaba el barrio, se llenaba de bloques de pisos, de calles e infraestructuras. No hay que olvidar que Casablanca pasó a integrarse plenamente en la ciudad de Zaragoza en mayo de 2003. Hasta entonces había sido un barrio rural.

--¿Qué cambios ha sufrido en estos años?

--Muchos. Casablanca ha dejado de ser una zona agrícola, regada por el Canal Imperial, para ser un apéndice más de la capital aragonesa, una zona con servicios, aunque los vecinos siguen reivindicando muchos de ellos, como zonas deportivas o colegios públicos.

--¿Cómo es eso?

--Resulta paradójico, pero Casablanca Histórico no tiene ningún colegio público, a pesar de ser la zona de Zaragoza, junto con Romareda, que más centros educativos concertados y privados tiene. Lo mismo sucede con los espacios deportivos, con ejemplos como el Stadium Casablanca, que se fundó en 1948, o El Olivar, ambos para asociados. En los espacios que hoy en día ocupan había hace años campos de trigo, olivares y huerta. El Mercado Central se abastecía, en su mayor parte, de productores de esta zona que llevaban la fruta y la verdura en carros hasta ahí todos los días.

--Y se pasó del trabajo agrícola a la gran urbe...

--Así es. Fue sobre los años 1940 cuando comenzó a dotarse de servicios y construir las infraestructuras de algunas calles. En 1942, por ejemplo, se solicitó el abastecimiento de agua en el barrio, un proyecto que tardaría en hacerse realidad siete años. En 1955 arrancaron las obras de alcantarillado, para proseguir con el alumbrado de las calles. El asfaltado de calles emblemáticas en el barrio, como Embarcadero, Pelayo o Las Rosas llegó en 1970.

--Muchos vecinos habrán vivido la transformación del barrio...

--Sí, y es precisamente sus testimonios los que conforman la mayor parte de las páginas del libro. Casablanca era como un pueblo en el que todo el mundo se conocía. Las familias vivían en torres, que recibían el nombre de la propia familia. Todos trabajaban la tierra, convivían y se ayudaban. Ese sentimiento fraternal todavía se conserva en la actualidad, algo que se manifiesta simplemente paseando por las calles del barrio, o sentándote en la Fuente de Los Incrédulos, el testigo de la llegada de las aguas del Canal Imperial al barrio y el monumento más emblemático de la zona, situado junto al parque del mismo nombre.

--Entre los vecinos más conocidos está Isaac Valero

--Sí. Isaac Valero fue el adalid de la lucha vecinal en Casablanca durante años, un trabajo que vio recompensado sus frutos con la construcción del centro cívico, que lleva su nombre. Desofortunadamente, murió antes de ver publicado el trabajo, pero la entrevista que nos concedió para el mismo se ha mantenido intacta. Un modo de honrar su memoria y de mantener su espíritu. Él hubiera querido que sus palabras salieran igualmente, fue un hombre de palabra y así lo puso de manifiesto con quienes lo conocían. Entre ellos, muchos políticos de colores diversos. Isaac Valero consiguió cosas para su barrio de todos los partidos.

--¿Qué logros consiguió Isaac Valero?

--Muchos, desde impulsar servicios en Casablanca, la construcción de los depósitos de agua, o la prolongación de la línea 20 hasta el barrio, uno de los hitos que más apoyos tuvo. Así se puso de manifiesto en una manifestación celebrada en octubre de 1998 en la que más de 1.000 vecinos reclamaron estos aspectos y otros muchos, como la instalación de zonas deportivas en la calle Embarcadero o la dotación de espacios públicos para que las asociaciones pudieran desarrollar su trabajo.

--Este barrio destaca, además de por su modernidad, por su tejido asociativo...

--Así es. El propio Isaac Valero desarrolló su trabajo desde la agrupación más antigua que hay en Casablanca, la Asociación Tomás Pelayo, que ahora ha cumplido 25 años con ese nombre, pero, antes, esta agrupación se denominada Asociación de Cabezas de Familia de Casablanca. Además, en el barrio hay otras agrupaciones muy dinámicas, como El Olivar de Casablanca-Las Nieves, también vecinal; Los Incrédulos de Casablanca, de un carácter más cultural, igual que la de mujeres de El Tejar. Su trabajo durante estos años queda patente en el texto.

--Además de testimonios escritos, el libro también está magníficamente ilustrado...

--Una imagen vale más que mil palabras. La labor documental ha sido fundamental para apoyar las vivencias de los protagonistas. En este sentido, hay que destacar el trabajo de Heriberto Navarro para conseguir las imágenes, cedidas por particulares y asociaciones, que dan vida a los textos y refuerzan la idea de la transformación del barrio.

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