Es una de las citas culturales del año en la comunidad y, por derecho propio, en todo el planeta. El Festival de Cine de Huesca volvió a celebrar este mes de junio una nueva edición que recuperó la tan ansiada normalidad, tras dos años inmersos en la pandemia.

Una nueva edición que no contaba como una más. El ciclo celebraba sus bodas de oro, medio siglo como referencia en el mundo del cortometraje y como puerta de entrada al sector de muchos cineastas, actores y productores que encontraron en Huesca las oportunidades que tanto ansiaban.

La nutrida programación del festival volvió a contar con proyecciones, conferencias, charlas y debates en torno al cine y cada uno de los sectores en los que este incide. Como puntal, Carlos Saura, gran representante del séptimo arte tanto en la ciudad como en la comunidad como en el resto del mundo, presentó su último cortometraje, dedicado a otro ilustre aragonés: Francisco de Goya saltó a la gran pantalla con la aproximación que Saura hizo a su obra través del cuadro en el que el genio de Fuendetodos retrató los fusilamientos del 3 de mayo.

DIEGO LUNA Y TERRY GILLIAM

Más allá de los profetas en su tierra, el Festival Internacional de Cine de Huesca siempre se ha caracterizado por poner un ojo fuera de las fronteras españolas y saber fijarse en el talento internacional.

La edición de 2022 no ha sido diferente y ha contado con dos nombres propios. El actor y director mexicano Diego Luna y el realizador británico Terry Gilliam condensaron todos los focos al hacerse, respectivamente, con el premio Principal y el premio Luis Buñuel durante la celebración del festival.

Diego Luna agradeció el galardón y apreció el papel que el Festival de Cine de Huesca tiene como prescriptor del séptimo arte. El director mexicano definió al ciclo oscense como «una especie de pitonisa que anuncia las voces que vendrán a transformar las cosas». Luna aseguró que recibir este premio en Huesca era «cerrar una etapa de mi vida», en referencia a su debut en la película Antonieta, de Carlos Saura, y que le impulsó a dedicarse profesionalmente al cine. El director mexicano lo contó emocionado en la gala inaugural del certamen y lo recordó en la rueda de prensa ante los medios de comunicación. Luna dejó boquiabiertos a los asistentes de la inauguración, que no conocían su vinculación con Huesca. «Este premio pega en lo más fundamental de mi vida: el amor por mi madre, por el cine y por España», sentenció.

Por su parte, Terry Gilliam sí que confesó que tuvo que buscar Huesca en internet para saber exactamente dónde estaba el festival que le acababa de premiar. El británico aprovechó su estancia para visitar Loarre, los Mallos de Riglos y Agüero, y empaparse de toda la gastronomía oscense.

Gilliam repasó toda su trayectoria, haciendo hincapié en el mítico grupo de los Monty Python, a los que definió como «seis tipos con mucha suerte que hacían todo lo que querían hacer». Tuvo también tiempo para acordarse de El hombre que mató a Don Quijote, una película para la que «había que estar tan loco» como el personaje de Cervantes.

La última personalidad homenajeada fue Emma Cohen, una artista enorme que recuperó la cineasta e investigadora Helena de Llanos en un coloquio de presentación de Viaje a alguna parte, que recuerda a la propia Cohen y su relación con su abuelo, el célebre Fernando Fernán Gómez.