Los truficultores quieren ver el 'oro negro' en las casas

REDACCIÓN

Para valorar un producto en su justa medida primero hay que conocerlo. Eso es lo que se han propuesto los truficultores de la comunidad y la Diputación de Huesca: que el ‘oro negro’ no se quede en las cartas de los restaurantes y llegue también a las cocinas domésticas. Bajo esa premisa se celebró el Mercado Itinerante de la Trufa de Graus, dearrollado recientemente en el Hotel Pedro I de Aragón de Huesca.

Los especialistas y los profesionales del sector aprovecharon la cita para reivindicar la autenticidad del buen producto y las garantías para los consumidores, además de ensalzar el progreso que supone para el medio rural un cultivo en alza. "Queremos que la promoción de la trufa negra sirva para que el consumidor final conozca el producto, lo valore y forme parte de sus recetas culinarias", aseguró el diputado de Desarrollo de la DPH, José Cebollero.

Las diferentes asociaciones de recolectores y cultivadores de trufa de la comunidad, reunidas bajo el paraguas de Trufa D’Aragón, son las más interesadas en dar a conocer al gran público las claves de un producto del que Aragón cultiva el 60% de la producción mundial en sus 1.200 hectáreas, tal y como apuntó el investigador del CITA Pedro Marco, que aportó datos relevantes: hay 300 productos trufados, 150 en lineales y el resto en internet, la mayoría de ellos en formato de salsas y condimentos, patés o quesos, pero solo un 17,6% de ellos contienen realmente tuber melanosporum y el resto, un 72%, solo incluye aroma. Por ello, reclamó una normativa clara y controles rigurosos para estos productos.