Mucho se había hablado de las posibilidades que el AVE ofrecería para relanzar o promocionar el territorio aragonés y todas sus actividades turísticas, culturales y hasta empresariales. Sin embargo, ninguna de las Administraciones públicas se ha movilizado, y eso que la línea de alta velocidad lleva ya un mes funcionando. Tan sólo la iniciativa privada ha comenzado a aprovechar el tirón que supone llegar desde Madrid en menos de dos horas.

Ni las estaciones invernales de esquí lanzan ofertas promocionales para acercar el Pirineo aragonés a esquiadores de otras comunidades, ni se plantea una campaña publicitaria para fomentar el turismo en la comunidad aragonesa. Mientras tanto, Lérida, la otra ciudad beneficiada con el AVE, no pierde el tiempo y ya ha arrancado con la puesta en marcha de iniciativas concretas.

Y eso que la impresión de los viajeros que se acercan a Zaragoza en estas nuevas líneas ferroviarias es muy positiva. "Este viaje es comodísimo. Para cuando quieres darte cuenta, ya estás en Zaragoza. Yo tengo aquí a mi familia, y a partir de ahora vendré mucho más", afirmaba ayer, en la estación de Delicias, uno de los llegados de Madrid. Las previsiones se muestran muy optimistas hacia el turismo de fin de semana, pero ni ayuntamiento ni Gobierno de Aragón la están aprovechando.

La primera iniciativa ha partido del espíritu comercial del conocido empresario zaragozano Alejandro. "Que la gente se interese por Zaragoza merece todo el esfuerzo del mundo", afirma feliz de la repercusión que está obteniendo su oferta, por la que descuenta el importe del billete del AVE y del Altaria a todo aquel que lo presente en la compra de sus trajes.

En Aragón, como explica Alejandro, no es fácil lanzar este tipo de propuestas, ya que "no encuentran facilidades por parte del Gobierno", y él no ha sido una excepción: "La gente se sorprende cuando les digo que no he recibido ninguna ayuda". De todas formas, opina que "el empresario aragonés se encuentra en un momento valiente" y respecto al papel de las instituciones es optimista y resalta que si "los empresarios empujamos, ellas también lo harán".

El empresario cuenta orgulloso cómo ha recibido varios correos electrónicos de jóvenes y parejas que se decidieron a visitar Zaragoza atraídos por su propuesta. Remarca que su objetivo principal es que se "beneficie la ciudad".

Como muestra del hondo calado que esta iniciativa ha tenido lejos de nuestra comunidad, Alejandro cuenta una anécdota vivida por él mismo en un viaje Madrid-Zaragoza, donde coincidió con un zaragozano que venía de firmar una escritura y al que el notario madrileño avisó de que no tirase el billete del tren: "Se lo descuentan en Alejandro."