Aunque nadie lo sabía, el trasvase del Ebro va viento en popa. Trasagua ha hecho un esfuerzo excepcional dentro del marco de la administración pública, al menos en la historia española, para trabajar a destajo y sin que se entere casi nadie. (De hecho, la sociedad costeada con dinero de todos no da ni información oficial, por si acaso). Los que en Aragón aún creen que el trasvase es bueno, que piensen que cuando algo se hace a hurtadillas es para esconder algo. Y eso no suele ser bueno.