El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, condenó ayer el ataque mortal sufrido en Irak por el convoy español del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Dijo que el de ayer es "un día de dolor, de luto para todo el país".

El líder socialista compareció ante los medios de comunicación en la sede de su partido en la madrileña calle de Ferraz para apoyar a las familias de los fallecidos, a los que calificó como "hijos o hermanos" de todos los españoles. Zapatero mostró su "solidaridad plena" con las Fuerzas Armadas a pesar de su "conocida posición sobre el conflicto de Irak". También informó de que el ministro de Defensa, Federico Trillo, y el director general del CNI, Jorge Dezcallar, le informaron del desarrollo de los acontecimientos.

El portavoz del PP para Exteriores, Gustavo de Arístegui, condenó firmemente el ataque pero destacó el "compromiso del Gobierno con la pacificación y estabilización de Irak". El dirigente popular destacó que los fallecidos eran "servidores públicos" y que trabajaban para devolver "la seguridad y estabilidad del pueblo iraquí". Arístegui aseguró que este ataque "no intimidará" a España.