Algo más del 40% de los aragoneses estaría dispuesto a pagar una cantidad anual durante diez años para conservar el medio natural de la comunidad, y la aportación media rondaría los 30 euros. Los ciudadanos de Aragón están tan preocupados por la conservación del entorno como por la seguridad y más que por el patrimonio histórico-artístico o el problema de la despoblación.

Son algunas de las conclusiones que se desprenden del estudio Biodiversidad aragonesa: valor y precio , que ha sido encargado por el Gobierno autónomo. El trabajo pretende dar un "valor monetario global a la biodiversidad y un valor individual a sus elementos", cuestiones que sirven de herramienta científica para "estimar los beneficios que se obtienen de la protección de la naturaleza". Este análisis, entre otras cosas, puede servir tanto para orientar la toma de decisiones a la hora de invertir en conservación como para poner precio a las infracciones contra normas medioambientales.

Los autores realizaron mil encuestas en la comunidad y preguntaron a los entrevistados si estarían dispuestos a realizar una aportación voluntaria a un fondo de conservación durante 10 años. El 40,7% de ellos se mostró dispuesto a contribuir al citado fondo durante una década. El 59,3% restante no fue partidario de asumir esta especie de tasa ecológica voluntaria.

La cantidad media que pagarían los ciudadanos dispuestos a hacerlo sería de 30,34 euros al año, según los datos del estudio. Los escenarios económicos planteados oscilaban entre los 6 y los 120 euros. Como era previsible, el porcentaje de personas que pagaría la cantidad mínima es sensiblemente mayor al de quienes asumirían la máxima.

Así, sólo alrededor del 18% de los encuestados aportaría 120 euros al año al fondo de conservación, mientras que el 38% abonaría 60 euros, el 53% pagaría 36, el 72% estaría dispuesto a dar 18 y más del 90% abonaría 6 euros.

El trabajo pone de manifiesto que hay dos argumentos diferentes entre quienes no querrían contribuir con cantidad alguna al fondo de conservación. Una parte de los encuestados declaró no ser partidaria de la medida por no poder asumir pago alguno, y otra dio una respuesta que se clasificó como protesta , pues justificó su no en el hecho de que el modelo propuesto le provocada "desconfianza".

EL ´PRECIO´ DEL MEDIO Los especialistas encargados del trabajo ensayaron diferentes fórmulas para hacer una estimación de la valoración global de la biodiversidad a partir de la disposición a pagar mostrada por los aragoneses encuestados. El estudio concluye que el valor de la existencia de espacios y especies protegidos es de 272,44 millones de euros, lo que equivaldría "a la pérdida de bienestar que soportaría la población de Aragón en caso de que desapareciese todo el esfuerzo conservador" sobre dichos espacios y especies.

Igualmente, llama la atención el hecho de que la preocupación social por el medio ambiente es similar a la que se tiene por cuestiones de seguridad ciudadana y un poco inferior a la que provocan el desempleo y la educación. Los aragoneses, además, están más concienciados de la necesidad de proteger el entorno que de la conveniencia de luchar contra la despoblación, de conservar el patrimonio histórico artístico o de impulsar programas de cooperación al desarrollo.

Aunque no se extraen conclusiones diferenciadas por comarcas, sí se ha podido constatar que no hay cambios significativos respecto a la importancia que se le da al medio natural en las ciudades y la que se le otorga en los pueblos.