La situación que sufre Aragón con los pasos pirenaicos es una muestra más del poco interés que tiene (y ha tenido) Francia por una frontera que nunca ha sido su salida natural. En todas las reuniones bilaterales, los franceses dicen que sí para luego hacer que no. Habilidad de buenos diplomáticos. Lo malo es que España laisse faire. Igual va siendo hora ya de reclamar, aunque sea a gritos, laissez-passer!. * Periodista