Otro de los acuerdos que el comunicado del consejero de Obras Públicas, Rafael Fernández de Alarcón, puntualizaba era el compromiso del Ayuntamiento de Zaragoza de hacer frente a la deuda que mantiene con la sociedad promotora del aeropuerto (PAZ), que asciende a 2,2 millones de euros y que se saldará antes de finalizar el año, probablemente en otoño. Aunque el consistorio no aclara cómo lo hará, porque podría acudir a lo que el Ejecutivo autonómico le adeuda, cerca de 18 millones de euros, para compensar pagos pendientes.

Una parte es lo que se le debe a Ryanair, unos 600.000 euros, y otra distinta es lo que el ayuntamiento debe a PAZ. Y ni en esto se pone de acuerdo con la DGA, que denunció que el impago asciende a 4,3 millones (2,2 del 2010 y 2,1 del 2011) pero que el consistorio solo tiene reconocida la del año pasado. de hecho, la otra parte corresponde a una ampliación de capital de PAZ que se hizo en marzo (por esos 2,2 millones, para disponer de liquidez y no retrasar pagos a las compañías) que el ayuntamiento no ha decidido aún si va a afrontar --ni se puede considerar como deuda que tenga reconocida--, aún a riesgo de que su presencia en el accionariado de la sociedad se vea notablemente reducida. O no, si ambos deciden reducir ostensiblemente las ayudas a las compañías y, por tanto, las necesidades económicas de la sociedad pública PAZ.

¿A qué corresponden los 18 millones de euros que debe la DGA al consistorio? Siete de ellos, en realidad, se los adeuda a Los Tranvías de Zaragoza, que al consistorio le interesa tener al corriente de pagos por ser un proyecto estratégico de la ciudad. El resto corresponde a Ecociudad Valdespartera, 1,5 millones, y a convenios sobre asuntos sociales, por un valor de unos nueve millones más. El problema se tensa cuando la liquidez de ambas instituciones está bajo mínimos.