Los Todo a cien, los bazares y los tradicionales restaurantes de comida china han dejado paso a nuevos comercios que los ciudadanos del gigante asiático han puesto en marcha en Zaragoza. Cafés y bares y tiendas de ropa y alimentación son los negocios que ahora más explotan, pero también están instalando fruterías y peluquerías, entre otros.

El barrio Delicias es un claro ejemplo de la expansión asiática. La calle comercial del mismo nombre cuenta en apenas unos metros con tres bazares, cinco tiendas de moda, cinco cafeterías, tres locales de alimentación y una peluquería regentados por empresarios de esta nacionalidad.

Modas Xu, C&T, Yofuda y Manke son tres locales de ropa, pero además tienen otro rasgo común, ninguno lleva abierto más de un año. De hecho, Yofuda fue inaugurada hace dos semanas. "Llevamos pocos días, pero estamos muy contentos porque está comprando mucha gente", indica una joven dependienta en un perfecto castellano, antes de que la jefa le pida, ya en mandarín, que no conteste a ninguna pregunta más. Uno de los casos más importantes en este sector es el de las tiendas Gusta. En los últimos dos años han abierto ocho locales en Zaragoza, la más antigua la del paseo Gran Vía.

La opinión de las propietarias autóctonas de tiendas de ropa es que la competencia no es tan fuerte como esperaban: "Los precios son bastante parecidos, quizás si que pueden bajar más en las camisetas, pero en ningún caso hemos tenido que bajarlo más por su presencia", puntualiza Ana Fernández, propietaria de la tienda Toskana.

Cafeterías

Donde sí se puede observar una competencia más dura en cuanto a precio es en los cafés y bares, la otra tendencia que ha crecido en la ciudad. "Se ha visto un porcentaje de crecimiento muy elevado en los últimos tres años, ahora mismo en Zaragoza podemos hablar de más de 300 establecimientos regentados por ciudadanos chinos", indica Jorge Bernués, gerente de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza.

Barrios como Las Fuentes, San José o Delicias son las zonas que más han visto crecer este tipo de negocios. "Empezaron a adquirir locales por medio de traspasos y lo que hacen es continuar con lo que el anterior propietario servía, pero bajando notablemente los precios", explica Bernués. Sin embargo, no esperan simplemente a que un negocio vaya a ser traspasado sino que acuden directamente para hacer una oferta. Este es el caso de la cafetería Lyon Dor en el barrio Delicias. "Llegaron un día y nos ofrecieron un dinero por el traspaso del local. Te quieren sacar lo que a ellos les interesa", recuerda María Antonia Serrano, propietaria del bar desde hace 13 años. Esta acción se repite en las cafeterías de los barrios "porque buscan locales sin grandes proporciones situados en zonas donde los traspasos no son muy caros", indica Bernués.

Además, los propietarios asiáticos vienen con dinero, "no necesitan financiación, ni pedir préstamos porque no buscan grandes pretensiones". En esta situación llegó hasta el bar Gambey, Young que lleva 14 años en Zaragoza y desde hace dos meses trabaja en la cafetería.

El principal problema al que se enfrentan los bares tradicionales "es que los asiáticos bajan los precios porque la calidad no es buena y pretenden seguir ofreciendo los mismos servicios, cuando tampoco tienen la formación indispensable", reclama Bernués, quien explica que los nuevos titulares chinos "llegan movidos unos por otros por vínculos familiares y pertenecen a una región concreta de su país". La mayoría de ciudadanos asiáticos llegan de las provincias costeras de Zhejiang y Fujian, al sur del país.