Los pasajes comerciales de Zaragoza experimentaron su auge en los 50 y en los últimos años su deterioro es más que evidente. En el de Palafox, por ejemplo, tan solo dos puestos de lencería siguen al pie del cañón, mientras que el resto de locales -alrededor de una treintena- hace tiempo que echaron la persiana. Este es el ejemplo más drástico de todos las zonas comerciales de este tipo. Sin embargo, muchos de los comerciantes que trabajan en los pasajes confían en que un nuevo aliado les ayude a resurgir. Se trata del tranvía, en el que muchos ponen sus esperanzas, para que atraiga al centro a la potencial clientela de los barrios que ahora no cuentan con este tipo de servicios -como Valdespartera o Parque Goya-.

Los empresarios que trabajan en estos espacios esperan que la rueda gire, y que el impulso que se le está dando a los mercados tradicionales -el de Valdespartera estará finalizado a finales de año y se proyecta otro en Parque Venecia-, tenga su reflejo también a los pasajes.

FALTA DE ACCESOS / En el trazado de los Urbos 3 se contabilizan al menos cinco y ninguno de ellos se encuentra en su mejor momento. En el de Goya sobrevive una decena escasa de negocios abiertos, a pesar de su ubicación privilegiada. Bien es cierto que este sector ha estado rodeado durante meses de dos proyectos que han cortado la mayoría de los accesos al pasaje y que prácticamente los han aislado: el del tranvía y el de la estación de Cercanías. «Esto ha sido una zona de guerra durante meses», reconoce, Juan Carlos Littardi, propietario de la librería Espacio Lector Nobel Cortés de Aragón. El empresario espera que con el fin de las obras de la estación de Cercanías -proyectada para el año que viene- y el tránsito de los convoyes en la cercana Gran Vía, «se anime más la gente a pasar por aquí». Un caso diferente es el del Caracol que abrió sus puertas hace casi 30 años. «No está considerado como un pasaje sino que se trata de una galería comercial con un funcionamiento diferente», puntualiza el presidente de la asociación de comerciantes, Miguel Ángel Compadre. Tal vez este modo de gestión sea el que ha permitido que este espacio se mantenga a pesar de los vaivenes de la economía.

Manuel Paracuellos de Hobby Juegos considera que las ayudas que recibe el centro «son muy pocas » y piensa que se «podría explotar mucho más». Paracuellos opina que no pueden competir al mismo nivel que los grandes centros comerciales que pueden ofertar muchos metros cuadrados en los que se instalan las multinacionales «que tienen más poder». Muchos coinciden en que la llegada del tranvía será un aliciente, pero que hay que acompañarlo con otras acciones y con una inversión que renueve las instalaciones y la oferta.

El pasaje Palafox es el que se encuentra en la situación más drástica y sin una fuerte inversión para su renovación, los empresarios no volverán a instalarse en este espacio. En este caso, ni el tranvía podrá revitalizar el pasaje, si la llegada del nuevo medio de transporte no viene acompañada por otros factores. El benjamín es Puerta Cinegia. Tras un tímido comienzo, la mayoría de los locales de la planta calle están ocupados. Aunque se mantiene, no ha llegado a ser el gran pasaje que se proyectó.